En la vertiente norte del Pallars Sobirà se ubica
Gerri de la Sal, una pequeña villa medieval que todavía conserva el recinto amurallado y que destaca por su patrimonio industrial y arquitectónico: el
alfolí de la sal y el
monasterio de Santa Maria.
REAL ALFOLÍ DE GERRILa sal fue, hasta hace poco, el principal motor económico de
Gerri la Sal. Actualmente todavía se conserva la Casa de la Sal o
Real Alfolí de Gerri, el gran almacén donde se extraía, se trataba y se almacenaba la sal desde la
Edad Media. Considerado el edificio civil más grande en planta de todo el Pallars, acoge ahora el
Museo de Gerri de la Sal. Podrás conocer el proceso de producción, transformación, almacenamiento y comercialización del oro blanco, la sal.
MONASTERIO DE SANTA MARIAJusto delante del pueblo, al otro lado del río, encontramos una muestra del
románico catalán en estado puro: el
monasterio de Santa Maria. De
orden benedictino, fue consagrado en 1149 y se convirtió en un importante centro evangelizador. Siglos más tarde, fue
exclaustrado y hoy en día solo queda la iglesia con el atrio o porche de entrada. En el interior se pueden ver hasta
treinta capiteles decorados.
DÍA DE LOS RAIERSSi visitas Gerri la Sal el
primer fin de semana de julio, aprovecha la escapada para visitar también la Pobla de Segur, a solo 10 minutos en coche, donde, desde
1979, se celebra el
Día de los Raiers (almadieros). El domingo por la mañana tiene lugar el plato fuerte de la fiesta: la
bajada de las almadías por el río. Los almadieros, vestidos de época, cubren el tramo de 5 kilómetros entre la
presa de la Llania y el
puente de Claverol.
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