Visita guiada

Nos encontramos en el municipio de El Cogul en la comarca de Les Garrigues. En las proximidades del pueblo, al lado del río Set, descansa un gran bloque de piedra, conocido como la Roca dels Moros.

Ahí, en una pequeña cavidad natural al aire libre, situada en la base de la roca, se esconde el mural rupestre del mismo nombre.

En la Roca dels Moros encontramos reunidas evidencias gráficas rupestres de diferentes épocas, culturas y ritos, que son reflejo de la perdurabilidad y la excepcionalidad del enclave.
Desde las comunidades cazadoras-recolectoras de la prehistoria hasta la actualidad, diferentes sociedades dejan su huella en la Roca, donde pintan y graban figuras humanas y de animales, retocan y repasan las preexistentes, o bien añaden otras más nuevas al mural.
Recorrer el mural y sus motivos nos permite acercarnos a la cosmovisión de las sociedades humanas que habitaban la zona hace milenios.

Las figuras más antiguas de la Roca son las de animales, grabadas hacia el final del Paleolítico o durante el Epipaleolítico. Algunas, como esta pequeña cierva que está saltando, han sobrevivido hasta la actualidad, mientras que de otras solo se han conservado algunos trazos, debido a la erosión de la superficie.

Estos grabados nacen de sociedades cazadoras-recolectoras que viven de la caza de animales salvajes y de la recolección de los frutos silvestres, las raíces y las plantas del entorno, hace unos 10.000 años. Cabras, ciervos y toros son parte de la fauna autóctona. Estos animales adquieren una gran importancia simbólica en las cosmovisiones de las personas que los crearon, y en unos grabados de gran plasticidad y movimiento.

Con el paso del tiempo, las figuras de los animales adquieren cuerpo y color. Aparecen figuras pintadas con pinceles hechos de pelo, fibras vegetales y plumas y se empieza a experimentar con las formas y las técnicas. El conjunto de los toros nos introduce en un arte narrativo que crea historias visuales a través de escenas.

El arte levantino toma su nombre de la zona geográfica donde se manifiesta, el levante peninsular. Es un arte principalmente pintado al aire libre, en abrigos (o grutas) y paredes verticales. Al contrario del arte paleolítico, el arte levantino no se encuentra en otros soportes de arte mueble, como huesos y cuernos, lo que dificulta su datación. Aunque es un debate vigente desde hace cien años, no se ha llegado a un punto de consenso sobre la autoría de estas pinturas. Existe una teoría según la cual su origen estaría en las tradiciones de los últimos pueblos cazadores-recolectores, del Epipaleolítico y el Mesolítico, hace ahora entre 10.000 y 7.000 años, y que se extiende a época neolítica; mientras que otra teoría las ve como representaciones de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos, enclavadas en el Neolítico desde sus inicios.

Las personas y sus acciones se convierten en protagonistas de la tradición visual levantina, en escenas que parecen aludir al mundo simbólico, de ritos y ceremonias.
En el conjunto central de la Roca, figuras femeninas en parejas, parecen dispuestas al lado de la figura de un hombre más pequeño, desnudo. Están rodeadas por animales salvajes. La composición parece estar relacionada con un culto a la fertilidad.
Las mujeres son protagonistas de esta composición, una de las más significativas del mural. Tienen cuerpos estilizados en posición de tres cuartos. Visten faldas largas hasta las rodillas y tienen los brazos doblados como si fueran cogidas. La relación de las parejas es todavía enigmática.
Estas mujeres van bien vestidas y la representación de faldas y ornamentos es muy detallada. Están engalanadas con brazaletes gruesos, colgantes o cintas finas en los codos, collares o pectorales, así como bolsas y posibles diademas para sujetar el peinado o tocados.
Podría ser la representación de alguna ceremonia o ritual que conmemora una ocasión especial del ciclo de vida.
La gama cromática de las pinturas combina diferentes tonalidades de rojo, castaño, negro y blanco, para dibujar contornos, rellenar los cuerpos, repintarlos y restaurarlos. Es la primera vez que vemos algunas de estas bicromías en Cataluña.
Las figuras se van sumando y el espacio disponible poco a poco se reduce. Las personas que las pintaron encuentran formas creativas para añadir nuevos elementos, superponiendo las figuras y estirando sus troncos. Es el caso de esta figura que parece una mujer con cuatro piernas, y que, en realidad, es una pareja que se ha metido entre las otras mujeres y los cérvidos.
El conjunto de las mujeres se vincula con el personaje masculino y el grupo faunístico, donde el ciervo macho está rodeado de ciervas y otros animales. Son dos escenas que se reflejan y que parecen dedicadas a rituales relacionados con la fecundidad, tanto de humanos como de animales. Rituales que abren espacio para la renovación de la vida y la llegada de las crías, como este pequeño cervatillo que muestra las características manchas claras en la piel.
Las transformaciones históricas traen nuevas ideas, nuevos signos e innovaciones a las técnicas pictóricas.En la Roca dels Moros coexisten las dos tradiciones rupestres: el arte levantino y el arte esquemático.
En esta última, las figuras humanas y zoomorfas se simplifican y adquieren formas esquemáticas y abstractas.

El arte esquemático se manifiesta a través de la escena de la cacería del ciervo. Un arquero tensa el arco y se prepara para disparar a un ciervo, mientras, un poco más allá, otro ciervo yace muerto. Las figuras están pintadas con trazos gruesos, hechos con los dedos o con un pincel ancho.

El Neolítico supuso una revolución tecnológica, económica, social y todo un nuevo sistema de vida, con la introducción de la agricultura y la ganadería. Paredes y piedras no son el único soporte existente para la expresión artística. También aparece, por primera vez, la cerámica. Este hecho nos permite situar las pinturas esquemáticas en el tiempo, hace ahora entre 7.000 y 3.000 años, mientras que en el caso de El Cogul, los paralelos con cerámica nos acercan a la Edad del Bronce.

La Roca del Moros recoge otro gran cambio, la introducción de la escritura. Diversos grabados e inscripciones complementan el mural y nos acercan al presente.
En la Roca encontramos inscripciones ibéricas, pertenecientes al extenso grupo cultural autóctono del litoral mediterráneo peninsular de hace 2.600 años. Conservamos inscripciones de este pueblo en la Roca que todavía no se han podido traducir.
También encontramos inscripciones romanas. Con la romanización se difunde una nueva forma de vida, nuevas tradiciones y también la lengua latina. Entre las inscripciones en latín encontramos votos de carácter religioso, como «SECVNDIO VOTUM FECIT» (Secundio ha hecho un voto).
Finalmente, los grabados de la Edad Media (siglos IV-V), como estos tres peces, dan continuidad al mural hasta nuestros días.
Hoy, una gran obra arquitectónica se erige al lado del conjunto rupestre.
El Conjunto rupestre de la Roca dels Moros ofrece a las personas visitantes la posibilidad de conocer este valioso patrimonio y vela por su conservación, difusión y conocimiento.

Los diversos motivos y manifestaciones culturales del mural nos hacen revivir el mundo prehistórico como un mundo en continua transformación, y dejan testimonio de la transmisión cultural a lo largo de los siglos.

La Roca dels Moros fue un espacio sagrado para las sociedades antiguas y, hoy en día, sigue siendo un espacio patrimonial de un valor cultural excepcional, fuente de conocimiento y de investigación sobre las sociedades que han dejado ahí su huella.

Continua la visita