Conjunto monumental de Sant Pere de Rodes
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Castillo de Sant Salvador de Verdera

INTRODUCCIÓ

Santa Creu de Rodes

El pueblo de Santa Creu, con su iglesia, forma parte del conjunto monumental de la Sierra de Rodes, junto con el monasterio de Sant Pere y el castillo de Sant Salvador. La relación entre los tres elmentos es muy estrecha

La iglesia, más antigua que el pueblo, era una posesión del monasterio, a menudo disputada por los condes de Empúries. Antes de que empezaran a agruparse casas a su alerededor, la iglesia ya acogía el cementerio para la gente de los alrededores.

A principios del siglo XII, la iglesia se convirtió en parroquia y actuaba como elemento aglutinador de una población que crecía con fuerza, bajo la dependencia del monasterio. Sus habitantes disfrutaban de esta vecindad, que les proporcionaba un cierto nivel de riqueza, así como una actividad económica en buena parte dedicada a su servicio. En el momento de esplendor del pueblo, entre los siglos XIII y XIV, se calcula que en él vivían unas 250 personas y, por los materiales que han aparecido en las excavaciones, se diría que tenían un cierto poder adquisitivo.

La decadencia del pueblo empieza a partir de la segunda mitad del siglo XIV. Las razones que se han esgrimido como causa del despoblamiento son los asaltos piratas, los efectos de las epidemias de peste y la propia decadencia de la comunidad monástica. Finalmente, el levantamiento de los payeses de remensa contra las servidumbres que sufren por parte de los señores feudales, así como la guerra civil catalana, en la segunda mitad del siglo XV, supusieron el total abandono del lugar. La iglesia, en cambio, siguió activa como ermita hasta finales del siglo XIX. 

Castillo de Sant Salvador de Verdera

El castillo de Sant Salvador se encuentra en la cima más alta de la montaña de Verdera, a unos 670 m de altura. Desde la cima se puede ver, a los pies del acantilado del castillo, la ermita de Sant Onofre. Más allá, a poniente, se extiende el Empordà, limitado al norte por la sierra pirenaica donde destaca la silueta del Canigó. También se divisan claramente el golfo de Rosas y las islas Medes, y el macizo del Montgrí, las Guilleries y el Montseny. Hacia levante, se divisa el monasterio de Sant Pere de Rodes y la costa del cabo de Creus que enlaza hacia el norte con el golfo de León. Este dominio visual sobre el entorno le proporciona un gran valor estratégico. Por otro lado, el terreno abrupto y de difícil acceso le sirve de sistema defensivo y lo hace inexpugnable.

El castillo es mencionado en muchos documentos debido a las continuas disputas por su dominio entre el monastrio de Sant Pere de Rodes y los condes de Empúries. La primera referencia data del 9'4, lo que hace pensar que el castillo ya existía en el siglo IX. A pesar de ello, buena parte de las estructuras que perviven datan del siglo XIII, cuando el conde Ponç IV de Empúries ordenó la construcción de una nueva fortaleza dado el estado de deterioro del castillo.

Con el paso del tiempo, la importancia estratégica de estos castillos roqueros, cuya fuerza radica en la inexpugnabilidad del terreno, disminuyó a causa de la evolución del armamento y las técnicas de combate. No obstante, en el siglo XVI el castillo todavía era utilizado como punto de vigia contra la piratería.

Monasterio de Sant Pere de Rodes

El monasterio benedictino de Sant Pere de Rodes es el centro del conjunto monumental situado en la sierra de Verdera. La documentación más antigua, del siglo IX, hace referencia a una celda monástica que dependía del monasterio de Sant Esteve de Banyoles, aunque existen restos arqueológicos que evidencian una ocupación anterior.

Con la fundación del monasterio independiente, en el siglo X, se inició una etapa de esplendor impulsada por la nobleza ampurdanesa. Centro de poder feudal y económico, la comunidad inició un proyecto constructivo que reflejaba su poder. Las obras se extendieron del siglo X al siglo XIII, y contemplaban esencialmente la zona de clausura formada por la iglesia, los claustros y las dependencias circundantes.

una de las peculiaridades de Sant Pere de Rodes es la posibilidad de contemplar dos claustros que nunca estuvieron en uso simultáneamente. Con la restauración se ha recuperado el claustro primitivo que fue soterrado para construir encima el claustro del siglo XII. De esta manera, se ha conservado un modelo constructivo que en la mayoría de los casos se ha perdido a causa de las reformas posteriores.

A partir del isglo XV, todo el enrono se vio afectado por continuos saqueos, piratería, conflictos bélicos, que obligaron a los monjes a abandonar el monasterio en diversas ocasiones.

La reactivación económica del siglo XVIII permitió afrontar nuevos proyectos como la reforma del recinto que rodeaba la clausura, formado por edificios de servicios, mayoritariamente construidos entre los siglos XVII y XVIII. Algunas de las obras planificadas no llegaron a realizarse porque, en 1798, la comunidad abandonó definitivamente el monasterio. A partir de ese momento, el conjunto sufrió un rápido proceso de degradación.
 



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