
Bajo las aguas de la bahía de Port de la Selva
descansa desde hace más de 2.000 años el Cap de Vol, un
barco romano que naufragó con su carga de vino y que se ha
bautizado con el nombre de la playa donde reposan sus restos. Desde el inicio
los investigadores se dieron cuenta que Cap de Vol no era una nave romana
convencional: las características de su arquitectura naval
eran bastante distintas a otros pecios (barcos sumergidos) de la misma época.
En concreto, el calado de la embarcación (la distancia entre la línea
de flotación y la quilla) es menor que el de otros barcos romanos y su quilla
es poco pronunciada. Estas características lo hacían idóneo para navegar en
aguas poco profundas o en zonas de humedales y por esta
razón, los investigadores creen que se trata de un barco construido por la población
autóctona de la zona.
Cap de Vol transportaba vino almacenado
en ánforas y se cree que hacía el itinerario entre la costa
catalana y la Narbonense. Entre los hallazgos más singulares
se han encontrado una moneda de Arse (Sagunto) y el
tapón de corcho de una de las ánforas.
Estudiar, conservar y divulgar la historia de la ciudad; el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA) articula un discurso explicativo sobre la ciudad a través de un extenso fondo y de varios espacios patrimoniales extraordinarios. El museo recopila la cultura material que explica el pasado y el presente y esto se traduce en una colección rica y heterogénea que sigue creciendo. El MUHBA es un espejo de las múltiples caras de la ciudad: un importante núcleo histórico, una ciudad nueva modernista y un conjunto diverso de antiguas poblaciones y barrios de nueva creación.
El conjunto monumental de la plaza del Rei es el núcleo fundacional del Museo de Historia de Barcelona desde que se creó en el año 1943. En el subsuelo de la Casa Padellàs se puede ver una parte importante de la antigua Barcino; la visita permite pasear por las calles de la Barcelona romana, acercarse a la muralla de la época, entrar en una tintorería del siglo II d. C., ver los vestigios de la primera comunidad cristiana de la ciudad, etc. El conjunto se completa con importantes edificios medievales como el Palacio Real y el Salón del Tinell. Pero además de estos espacios emblemáticos, la sede central del MUHBA contiene la exposición permanente, con piezas sobre el antiguo régimen municipal, los gremios y cofradías barcelonesas, la industria de las indianas, la imaginería popular y festiva de la ciudad, la Barcelona decimonónica y la reforma urbana.
Con los años, este núcleo histórico se ha ampliado considerablemente y actualmente recoge hasta 15 espacios patrimoniales distribuidos por la ciudad. Destacan el Templo de Augusto, la Vía Sepulcral Romana, el Call (la Judería), el Park Güell, Santa Caterina, el Turó de la Rovira o la Fabra i Coats, entre otros.
Iesso, situada en la localidad de Guissona, es una de las pocas ciudades romanas de Cataluña que no tienen totalmente superpuesta la ciudad actual. Esto le confiere una potencialidad arqueológica considerable. Además, es uno de los ejemplos mejor documentados de la actividad urbanística desplegada en Cataluña en el año 100 a. C.: un momento histórico crucial en el que se empieza a estructurar la red urbana que heredarán nuestras ciudades actuales.
La antigua Iesso fue una importante capital interior del imperio. Habitaban en ella unas 20.000 personas y ocupaba dos veces más terreno que Barcino. En manos romanas, la ciudad vive una larga prosperidad de 700 años basada en el cultivo y una intensa actividad comercial. La ciudad original estaba amurallada y las calles se estructuran en dos ejes, el cardo maximus, de orientación norte-sur, y el decumanus maximus, de este a oeste, siguiendo el plan urbanístico habitual en las ciudades romanas.
La actividad constructiva y comercial de Iesso continuó activa hasta la época visigótica (s. VI), aunque el periodo que sigue a la disolución del Imperio romano se convierte en un momento histórico bastante desconocido en Guissona.
Actualmente, el Parque Arqueológico de Iesso es un ejemplo de primer orden para conocer el urbanismo y las transformaciones de la ciudad romana a lo largo del tiempo. Destacan el gran edificio de las termas públicas, con un avanzado circuito que transportaba el agua, los restos de una instalación para producir vino y las de una gran casa señorial organizada alrededor de un patio central.
La historia se detiene una y otra vez en Roses. Fundada como colonia griega, su ubicación la convierte en un punto estratégico del Mediterráneo. Por eso, el lugar ha sido objeto de diferentes ocupaciones y blanco de numerosos ataques. Actualmente, la Ciudadela es un moderno centro cultural y un extraordinario yacimiento.
En los 139.000 m2 del recinto se reúnen los restos arqueológicos de la colonia griega y posteriormente romana de Rhode, el monasterio románico de Santa Maria y la estructura de la ciudad vieja de Rosas, que incluso conserva algunas fortificaciones medievales.
Las murallas actuales son una fortificación de grandes baluartes que datan de la época renacentista y moderna. Y es que en el siglo XVI, el rey Carlos V manda construir la Ciutadela y el castillo de la Trinitat para protegerse de los piratas y de los turcos.
En 1814 son los mismos franceses los que vuelan la ciudadela, que se recupera y se abre al público ya avanzado el siglo XX.
Desde 2004 dentro del recinto se puede visitar el Museo de la Ciudadela, un edificio contemporáneo donde se resume la historia del conjunto.
Los templos de Sant Pere, Sant Miquel y Santa Maria, que originariamente configuraban la "catedral" paleocristiana de Ègara, responden a múltiples etapas constructivas que han dejado su huella en forma de variedad de estilos -desde el tardo-romano hasta el gótico- y disciplinas artísticas. Se trata, pues, de un conjunto monumental único en Cataluña.
La primera construcción es un conjunto paleocristiano que ejerce como sede del obispado de Ègara y del que aún hay vestigios en los templos de Santa Maria y Sant Miquel. El hecho de que haya tres iglesias se había interpretado históricamente como una "copia" del modelo bizantino de la antigüedad -dos iglesias y un baptisterio- pero después de las últimas excavaciones (2000-2007) los estudiosos creen que la iglesia de Sant Miquel no funcionaba como baptisterio, sino que tenía un uso funerario. Por tanto, nos encontramos ante una catedral paleocristiana, organizada como una ciudad en miniatura con varios templos y dependencias.
La segunda etapa constructiva debemos situarla en los siglos IX y X, tras la conquista cristiana del territorio dominado por los musulmanes. Por lo tanto, el estilo es prerrománico; de esta época quedan muchas muestras en las iglesias que, finalmente, se dieron por terminadas en una tercera y definitiva etapa, ya románica (s. XI-XII).