El
Museo de Arte de Girona inaugura la exposición "
Falsos verdaderos. El arte del engaño", donde las falsificaciones y los falsificadores de arte son los protagonistas. La exposición muestra y explica todo el proceso de estudio y análisis de tres obras, pinturas sobre tabla, atribuidas al pintor renacentista
Pere Mates (c.1450-1558), que adquirió en 2010 el Museo de Arte y que, años después, se revelaron como falsas. El descubrimiento, ciertamente traumático por el museo, sirvió para plantear la muestra que ahora se abre al público. Una exposición comisariada por los historiadores del arte Joan Bosch y Francesc Miralpeix y realizada con el apoyo del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya y el Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural, que, además, saca a la luz otros casos similares en Cataluña. "Falsos verdaderos. El arte del engaño", con cerca de una quincena de obras falsas, propone una reflexión sobre el mundo de las falsificaciones y los falsificadores de arte.
En 2010 salieron a subasta tres tablas del Retablo de San Juan Bautista atribuido a Pere Mates. Eran idénticas a las documentadas, fotografiadas y publicadas en 1956 por el historiador y restaurador Joan Sutrà, quien además había estudiado el corpus pictórico de este maestro gerundense, uno de los pintores más destacados del Renacimiento en Cataluña. Nadie dudó del interés de adquirirlas y, a pesar hacerse evidente un posible exceso de restauración, las obras se expusieron al público. Seis años después, en 2016 una nueva subasta de obras procedentes del mismo retablo hacía evidente que dos del conjunto de seis que salían a la venta eran exactamente iguales a las que ya se habían adquirido en 2010.
Y las sorpresas continuaron: la tercera obra adquirida en 2010 tenía una réplica conservada en los almacenes del Museo Nacional de Arte de Cataluña. Entonces se destapó lo que hemos dado en llamar "
el caso Pere Mates".
Un exhaustivo proceso de estudio y análisis de todas las mesas, dirigido por el Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, terminó desvelando que las tres primeras, las adquiridas en 2010, eran copias de época contemporánea y las otras seis que salían a subasta corresponderían al siglo XVI. El caso, sin embargo, se cerró con un final feliz: se compraron las seis obras verdaderas y se han devuelto el dinero de las falsas. Ya en ese momento el Museo de Arte de Girona adquirió el compromiso de explicar, exponer y difundir todo lo que la investigación histórica y científica hubiera aportado nueva luz a un caso que incidía en el lado más oscuro del mercado del arte y del coleccionismo: el de la falsificación de obras de arte.
Ahora, "Falsos verdaderos. El arte del engaño "muestra, cotejadas, las obras falsas con las verdaderas. El discurso expositivo narra toda la crónica de los hechos y presenta los resultados de los estudios técnicos y científicos: análisis fotográficos, radiografías, análisis de muestras y de pigmentos, etc. Unos estudios que han permitido identificar, entre otros aspectos, algunos pigmentos que se convierten determinados por aproximarnos a una cronología de las tablas no originales: la presencia del azul de Prusia, descubierto a principios del siglo XVIII, o del blanco de titanio, comercializado a partir de 1921.
Aparte del caso gerundense, la exposición presenta otros casos similares, como "el caso Solsona", un episodio vivido en el Museo Diocesano de Solsona, en los años 1970, cuando dos obras atribuidas al Maestro de la Dormición fueron copiadas durante su restauración para sustituir las auténticas. El fraude se descubrió cuando las obras originales se detectaron en el mercado de anticuario. Tras el juicio, en 1982, las cuatro, copias y originales, retornaron al Museo de Solsona, y ahora se podrán ver juntas, también, en el Museo de Arte de Girona.
Otros falsos catalanes, presentes en la exposición, provienen de diferentes museos: obras en la manera de Picasso, Casas, Rusiñol o Bonnard, del Museo de Valls, Museo de Montserrat, Museo de Sabadell -que ya había dedicado una exposición a esta temática años atrás- o del Museo Nacional de Arte de Cataluña. De este último se presenta una tabla a modo de Lluís Borrassà producida en el siglo XX para, tal vez y hasta el momento, los falsarios catalanes más conocidos: los hermanos Sebastià (1874-1966) y Carles (1877-1963) Junyer Vidal . Marchantes de arte, y amigos personales de Picasso, mantuvieron un taller en Barcelona, a mediados de la década de 1930, dedicado a confeccionar obras al modo románica y gótica y en el que trabajó una notable nómina de artistas del momento. Una carta de Togores a Urtillo, presente en la exposición, es un testimonio.
La exposición, sin embargo, quiere ir un poco más allá y apuesta por hacer una reflexión más amplia sobre el concepto de falso y el sórdido mundo de las falsificaciones y se adentra en el mundo de los falsarios e impostores: sus motivaciones -la codicia, la vanidad, los trastornos psicológico, pero también la burla o el juego intelectual, sus habilidades técnicas y, finalmente, los procesos para desenmascararlos y juzgarlos.
Una selección de los episodios más famosos de la historia del falso vienen ilustrar cada una de las temáticas a través de una serie de recursos visuales y, también, de "verdaderos falsos".
Como ejemplos, la muestra dedica la atención a la pericia técnica del italiano Icilio Federico Joni (1866-1946); al famoso juicio del falsificador de Vermeer, Han van Meegerenen (1889-1947), con obras en Rijkmuseum; o en la vida y obra de Elmyr de Hory (1906- 1976), pintor y falsificador de Matisse, Modigliani o Picasso entre muchos otros y protagonista de la película F for Fake (1973), de Orson Welles. De Elmyr, se presentan en la exposición tres obras suyas -un Braque, un Degàs y un Picasso- procedentes de Es Baluard Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma y del Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, isla donde residió los últimos años de su agitada vida.
La muestra se acompaña de un catálogo que recoge la tesis de la exposición, al cuidado de los comisarios Joan Bosch y Francesc Miralpeix, así como toda la crónica del proceso de descubrimiento de los falsos Pere Mates, con artículos de la directora del Museo de Arte y de los técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya que vienen a poner luz a una historia, en parte, aún por resolver.
Una propuesta para comprender que el arte del engaño es bien antiguo ya la vez bien moderno y que no deja exento de caer en ella a nadie, ni instituciones museísticas, ni expertos, ni coleccionistas. Todavía hoy, salen a la luz nuevos casos que sacuden los museos de arte y las colecciones, demasiado a menudo indefensas ante las imbricadas estrategias del engaño.
