T1xC1 - El brujo de Terrassa | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

Historias

T1xC1 - El brujo de Terrassa

En un tiempo en que la sanidad pública era una utopía y la gente no tenía dinero para pagarse un médico, siempre había desaprensivos e iluminados que intentaban sacar provecho de la miseria de los demás. Eran personajes sin ningún tipo de formación que trataban a los pacientes con unos remedios que, a veces, podían tener graves consecuencias.

El local de la plaza de La Creu de Terrassa

María hacía meses que no se sentía bien. Había empezado teniendo un simple malestar, pero había ido a más y el dolor ya era tan intenso que había noches que no podía dormir. Ve a ver al Bruixot, le habían recomendado las vecinas. Todas tenían alguna conocida que había recurrido a sus servicios y explicaban maravillas de él. Pero ella no lo veía claro.

El Bruixot era el apodo con el que se llamaba a Marcel·lí Lloveras Cánovas, que en 1892 regentaba un café en la plaza de La Creu de Terrassa. No era un lugar de buena fama, precisamente. Pero, en octubre, María ya se sentía tan mal que se armó de valor y lo fue a ver. De aquel local, le habían explicado muchas cosas. Que se jugaba, que se bebía, que lo frecuentaban mujeres de mala vida... Si alguien la veía entrar allí, vete tú a saber qué dirían por ahí.


Imágenes de la plaza de La Creu Gran del Archivo Municipal de Terrassa:

1. Autor: Adrià Torija Escrich. 1 de enero de 1885.
2. Autor: Desconocido. Colección fotográfica Baltasar Ragón. 1 de enero de 1895.
3. Autor: Desconocido. 1 de enero de 1895.
4. Autor: Desconocido. 1 de enero de 1900.
5. Autor: Desconocido. 1 de enero de 1910.

Una persona de métodos particulares

Lloveras aseguraba que tenía poderes adivinatorios, que era capaz de descubrir qué escondía la gente y proclamaba que tenía el don de curar a los enfermos. A María, después de hacerle unas cuantas preguntas, le dijo que aquel dolor que la atenazaba le venía de la matriz. Una cucharada de aguardiente de caña disuelto con medio vaso de agua tres veces al día durante nueve días fue el remedio que le recetó.

Obediente, la mujer le hizo caso. Pero aquello no hacía nada y el mal persistía, así que, pasados los días del tratamiento, lo volvió a visitar. En aquella ocasión le recetó una infusión de hierba gordolobo. El hombre le había ordenado que bebiera la infusión nueve días, pero, cuando llevaba cuatro o cinco, la pobre María empeoró y, desesperada, volvió al café de Lloveras. Entonces el curandero le dio una papelina con un polvillo blanco. Mezclado con vino rancio durante tres días seguidos, la limpiaría, le prometió.



Imagen de la plaza de La Creu Gran del Archivo Municipal de Terrassa. Autor: Desconocido. Colección fotográfica Baltasar Ragón. 1 de enero de 1895.

El elixir

En la primera toma, María tenía tantas ganas de sentirse bien que utilizó casi la mitad del producto. Se lo bebió de un trago. Al poco rato, el dolor fue espantoso. Y al día siguiente y al otro todavía fue a peor, y eso que había moderado la dosis. Su marido la vio tan mal que envió a avisar a Lloveras. El hombre se hizo de rogar, pero al final se presentó en el domicilio con una nueva alternativa. Ahora había que limpiar la boca con un elixir que les llevaba. Aquello sí le iría bien, les aseguró.
María se lo aplicó enseguida y, al cabo de poco, media boca le quedó paralizada. Temiendo que la vida de su mujer estuviera en peligro, y a pesar de no tener demasiado dinero, el marido de María fue a buscar al médico Jaume Sallent, que atendió a la enferma. El facultativo quiso averiguar la sucesión de acontecimientos que habían pasado y, al inspeccionar aquel polvo blanco, ya intuyó qué pasaba, pero, para asegurarse de ello, le pidió al químico Fructuós Verneda que analizara la sustancia. Y llegó a la misma conclusión.


Panorámica de Terrassa. Autor: Desconocido. 1 de enero de 1864.

Lytta vesicatoria

Era polvo de cantárida, también conocida como mosca española. El nombre científico del bichejo era Lytta vesicatoria y de mosca tenía poco, porque en realidad era un insecto de la familia de los coleópteros que desde la antigüedad se creía que tenía propiedades medicinales. Se secaba y se machacaba con un mortero hasta convertirlo en polvillo. El peligro de aquel remedio era que, en exceso, tenía efectos nocivos graves, como ampollas en la piel.

Cuando se hubo recuperado, María fue a presentar denuncia al Ayuntamiento. A las autoridades no les sorprendió demasiado lo que les explicó porque hacía tiempo que iban detrás del Bruixot. Y no solo porque gente con problemas de salud y poco dinero le hubiera pedido ayuda. Unos meses antes, en febrero, un par de padres también habían presentado denuncia contra el local que regentaba aquel hombre porque sus hijos, dos chicos de 22 y 17 años, iban a hacer timbas de cartas, orgías y bacanales de alcohol y prostitutas, según palabras textuales que constan en sus declaraciones.

A través del testimonio, tanto de María como de los dos progenitores, se puede palpar su desesperación. Una por los problemas de salud y los demás porque querían evitar que sus hijos se comportaran como unos tarambanas y acabaran mal.


Vista de Terrassa desde Vista Alegre. Autor: Desconocido. 1 de enero de 1900.

El Archivo Comarcal de El Vallès Occidental - Archivo Histórico de Terrassa
 

En el expediente contra el Bruixot, que forma parte de la serie de sanidad del Ayuntamiento egarense, no consta qué le pasó a aquel curandero ni a su establecimiento, pero gracias a la prensa tenemos alguna pista. El diario El Tarrasense del 30 de octubre de 1892 informó que se le había impuesto una multa de 500 pesetas al “célebre cafetero del café flamenco” de la plaza de La Creu. El Bruixot tenía que ser todo un personaje en aquella época. Leyendo el expediente conservado en el Archivo Comarcal de El Vallès Occidental - Archivo Histórico de Terrassa, es fácil entender el porqué.


Vista del Archivo Comarcal de El Vallès Occidental - Archivo Histórico de Terrassa. Autor: Desconocido.

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Consulta el documento original en el que se basa esta historia en Archivos en Línea.

"Expediente sancionador de salud pública relativo al café de la plaza de La Creu Gran regentado por Marcel·lí Lloveras Cánovas, más conocido como ‘el Bruixot’, acusado de proxenetismo y de vender remedios nocivos a sus clientes, recibe una multa de 500 pesetas"

Y, si quieres consultarlo presencialmente en el Archivo Comarcal de El Vallès Occidental - Archivo Histórico de Terrassa, pregunta por el expediente "CAT ACVOC-AHT, 1/1 Ajuntament de Terrassa, Disciplina i Salut Pública, expedient de 1892".