Josep Maria Subirachs, escultor emblemático —y pionero— de la vanguardia catalana de la segunda mitad del siglo XX, inició su aportación en el campo de la escultura pública entre 1957 y 1960. Su obra 'Forma 212' (1957), en el paseo de la Vall d’Hebron, fue su primera escultura abstracta emplazada en una calle de Barcelona. Al año siguiente se colocaba en la fachada de la Facultad de Derecho de la UB el relieve de 'Las Tablas de la Ley' –realizado en colaboración con el ceramista Antoni Cumella–, y en 1960 generó polémica por otra pieza abstracta situada en el barrio de la Barceloneta: 'Evocación marinera'.
Posteriormente, sin abandonar la expresión plástica abstracta, Subirachs incorporó elementos figurativos, como es el caso del submarino del 'Monumento a Narcís Monturiol' (1963), de hormigón y cobre, en el cruce Diagonal/Provença/Girona, o el relieve en negativo 'La medida del espacio-tiempo' (1967), en bloques cúbicos superpuestos formando un desnudo femenino, en la Vía Augusta/Marià Cubí.
También es obra de Subirachs el friso de hormigón con referencias a la historia de la ciudad que enlaza el edificio antiguo del Ayuntamiento de Barcelona con el edificio 'Novíssim' de la plaza de Sant Miquel, y la fachada del edificio del desaparecido diario 'Tele/eXprés' (1966), en la calle de Aragó, 390. Por su ubicación emblemática, hay que destacar la 'Puerta de san Jorge' (1975), que comunica el Palacio del Virrey con el Salón del Tinell, y el 'Monumento al presidente Francesc Macià' (1991), en la plaza de Catalunya.
En el año 1986, Subirachs recibió el encargo de realizar los grupos escultóricos de la fachada de la Pasión de la basílica de la Sagrada Familia, una obra de proporciones extraordinarias que lo ocupó durante veinte años. Compuso un gran retablo formado por figuras y altos relieves tallados en piedra y cuatro puertas de bronce que combinan elementos representativos y simbólicos, a través de los cuales consiguió transmitir con elocuente expresividad el tema de la Pasión de Cristo.
En el barrio del Poblenou está el Espai Subirachs, que pone al alcance del público una parte del legado del polifacético artista. A través de más de un centenar de obras, representativas de las diferentes etapas de su trayectoria, se puede descubrir a un artista que, además de escultor, también fue un prolífico creador de dibujos, pinturas, grabados, litografías, carteles, joyas, medallas, tapices y escenografías.