El 7 de noviembre de 1809, las tropas napoleónicas entraron en Hostalric con el objetivo de tomar la ciudad ya que se encontraba en el único paso natural entre Girona y Barcelona. Una vez arrasado el pueblo, el castillo se convirtió en su principal objetivo. Después de cinco meses de asedio, las murallas derruidas y el suministro de agua cortado, el 13 de mayo de 1810 los franceses consiguieron ocupar la fortaleza.
Este episodio de la Guerra de la Independencia española ha marcado la fisonomía actual del castillo de Hostalric. Esta fortaleza fue construida en 1716 por parte del general de ingenieros de Felipe V, Próspero de Verboom, autor también de la
Ciudadela de Barcelona y de la fortificación de la
Seu Vella de Lleida. Se proyectó teniendo en cuenta los
nuevos modelos de fortaleza del ingeniero militar Vauban. Contaba con tres baluartes, torres de defensa, un foso y dos revellines.
La estructura que perdura en nuestros días está formada por la entrada subterránea, el portal de los carros, el cuerpo de guardia, el baluarte de Santa Tecla, la segunda puerta, el polvorín principal, el baluarte del diente de sierra, el portal principal, la plaza de las armas, la torre del reloj y el camino de la villa.
Casi nada queda de la
construcción originaria de época medieval, que fue derribada por el duque de Noailles el 1695. Sólo el camino fortificado que va de la ciudad al castillo es de origen bajomedieval. Los dos muros paralelos en el camino estaban protegidos por dos torres circulares de las que sólo se conserva un pequeño tramo.