Plaza de los Països Catalans | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.
Plaza de los Països Catalans La “plaza dura” abierta a todos
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"La arquitectura no es como la escultura. Está viva. Se vive en trozos y se reconstruye en la cabeza de cada uno. Hay que experimentarla en diferentes días, horas, estados de ánimo". Con esta premisa Albert Viaplana, en tándem con Helio Piñón, revolucionaron la Barcelona contemporánea y abrieron las puertas a una nueva manera de entender el espacio público. Uno de los grandes proyectos que lo recoge es la Plaza de los Països Catalans de Barcelona (1981-1983), frente a la estación de Sants.

Viaplana y Piñón diseñaron un espacio de cemento sin vegetación con dos grandes cubiertas de plancha de cobre. Y es que buscaban una propuesta atemporal y minimalista, expresada en líneas abstractas, simples y anónimas, para que cualquiera pudiera usarla. Este proyecto que encabeza el deconstructismo arquitectónico les valió el Premio FAD de arquitectura.

La plaza de los Països Catalans se convirtió en el modelo de las nuevas plazas promovidas en los años 80 por el Ayuntamiento, conocidas como "plazas duras", que en su momento ocasionaron polémica ciudadana por su frialdad. Más allá de la abstracción, la plaza está llena de detalles humanos y poéticos como la silueta de un gato de tejado de tamaño natural, hecho con plancha metálica, o una abertura a modo de ventana y unos manantiales.