Un espacio sagrado
Durante milenios, las sociedades antiguas eligen la Roca dels Moros como lugar de culto. ¿Hasta qué punto podemos llegar a conocer el sentido original de las representaciones sociales y simbólicas que se muestran? ¿Qué nos dicen de la cosmovisión de las personas que las crearon?
Detalle de una escena social del Conjunto rupestre de la Roca dels Moros de El Cogul © Agència Catalana del Patrimoni Cultural
La Roca dels Moros es uno de los espacios sagrados del territorio catalán que han perdurado más tiempo, un «santuario» frecuentado desde las épocas de los últimos grupos de cazadores-recolectores hasta la Edad Media. Las representaciones que encontramos nos remiten a tradiciones, creencias y rituales heredados de generación en generación, durante milenios.
Fotografía de detalle: toros, figuras esquemáticas y grabados de peces
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
La iconografía representa escenas de carácter ritual y simbólico, con figuras humanas y de animales salvajes, a menudo en interacción.
Los grabados y las pinturas de animales revelan un gran conocimiento de la fauna local. Cabras, toros, cérvidos, jabalís son animales comunes de la fauna mediterránea.
Fotografía de detalle: mujeres, toros, machos cabríos
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
Fotografía de detalle: machos cabríos
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
Fotografía de detalle: cérvidos
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
Estas representaciones suponen una forma de entender y de explicar su mundo. Las y los artistas expresan su relación con el entorno, sus vínculos con la naturaleza y, al mismo tiempo, su intervención en el medio. Somos testigos de una escena de cacería de ciervos y de otras interacciones enigmáticas entre figuras humanas y animales.
Fotografía de detalle de las figuras de la Roca dels Moros
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
Entre los protagonistas del mural destacan las mujeres. La composición de las figuras femeninas es todavía un reto interpretativo y un punto de debate, ya que el tiempo que nos separa de sus autores y/o autoras, no nos permite conocer con certeza su significado.
Fotografía de detalle: parte central del friso
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
Una composición en diferentes momentos
A pesar de ello, los datos que aporta la investigación nos ayudan a avanzar en su lectura y refutar la hipótesis de los primeros investigadores, que vieron en ella una «danza fálica».
Hoy sabemos que es una composición realizada en diferentes momentos, en los que se fueron añadiendo las parejas de mujeres, aprovechando los espacios existentes, y se fue ampliando el grupo. Las figuras femeninas, igual que el resto de elementos, se añadieron progresivamente, de forma que se creó un conjunto que no fue planificado desde un principio, y que no presenta ningún movimiento que pueda considerarse como una danza.

Pareja de mujeres 33 i 34. Combinaciones de colores en bicolores o repintados: negro; castaño-rojizo; negro y castaño rojizo
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural

Figura 35. policromía: negro; castaño-rojo oscuro; combinación de los colores
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural
Así, podemos reconocer esta composición como parte de la cosmovisión de pueblos cazadores-recolectores y agricultores incipientes, marcada por la repetición de los ciclos naturales y enfocada a su perpetuación.
La presencia femenina en la composición nos permite reflexionar y visibilizar el lugar que ocupan las mujeres de la prehistoria en las acciones sociales económicas y la construcción identitaria del grupo.
Superposiciones, repintados y restauraciones hacen que algunas de las nuevas pinturas cubran parcial o totalmente las representaciones precedentes, y creen bicromías que hasta ahora desconocíamos.
Se utiliza la creatividad artística para añadir y encajar nuevas figuras dentro de las composiciones preexistentes. Vemos a una peculiar pareja de mujeres, al lado del cervatillo que, a primera vista, parece una figura con cuatro piernas. La acumulación sucesiva de figuras y motivos da a entender que el propio acto de pintar tenía un significado propio en este espacio: recordar y reforzar los valores culturales.
Uno de los grandes retos de la investigación es entender cuál es el elemento que singulariza este lugar y hace que tenga una perdurabilidad tan larga.
Es entender qué motiva a las personas que viven en la zona a regresar una y otra vez y a apropiarse del lugar hasta convertirlo en un lugar sagrado, socialmente significativo.
Vista del paisaje desde la Roca dels Moros, 2019
Autor: Albert Rubio
Hoy la visita al Conjunto rupestre de la Roca dels Moros es la continuación de esta herencia cultural y representa, en cierta manera, la pervivencia de la Roca dels Moros como «santuario».
El pueblo de El Cogul conserva así un patrimonio de valor universal excepcional según la UNESCO, continuación de una cadena de transmisión cultural milenaria.
Una pareja de mujeres da la bienvenida al Conjunto rupestre de la Roca dels Moros
© Agència Catalana del Patrimoni Cultural