El
Museu d’Art de Girona inaugura mañana la
renovación de dos de las salas de la
exposición permanente dedicadas a los
siglos XVII y XVIII. Una nueva propuesta de
contenidos y museografía que permite entender mejor las singularidades del
período barroco en Cataluña.
La
época barroca corresponde a la etapa histórica de las
monarquías absolutas en la Europa católica. Entonces, Cataluña no era un centro de poder, y, aunque no generó una
vanguardia cultural como las existentes en otros territorios europeos, impulsó una
producción artística de gran
vitalidad.
Esta
presentación renovada ha permitido también exponer
más y mejores obras, algunas de ellas nunca expuestas antes al público, de los fondos de la colección del
Museu d'Art. Se han incorporado obras procedentes del
Museo del Prado y piezas nuevas procedentes del
Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC).
Las nuevas salas se organizan bajo el
concepto de retablo, y con la idea de arte con
función devota, se presentan tallas policromadas, pintura y argentería litúrgica de
factura gerundense que permitirán al visitante construir el
imaginario estético e iconográfico del Barroco catalán.
Para garantizar la óptima visita a las salas, la
accesibilidad, una de las nuevas líneas estratégicas del
Museu d'Art, es también uno de los
elementos destacados del proyecto.