Su
pasado histórico y el patrimonio medieval que conserva hacen de
Besalú la villa medieval por excelencia. Pasear por sus calles se convierte en una experiencia que permite
viajar hasta la Edad Media, época en que el municipio de la comarca de la Garrotxa era la
capital del condado al cual daba su nombre. De aquellos tiempos mantiene espacios de visita obligada, como son la
iglesia del monasterio de Sant Pere de Besalú, el único vestigio que se mantiene de este edificio, fundado en el 977 por el conde obispo Miró Bonfill. De la iglesia
destacan los capiteles de las columnas que forman el deambulatorio, con decoraciones vegetales y figuradas, como la de Daniel con los leones, Herodes aconsejado por el diablo y la Matanza de los Santos Inocentes.
Besalú también conserva una de las mejores
juderías medievales de Cataluña, que se puede descubrir a través de
visitas guiadas. Merece una atención especial la
mikvé, uno de los pocos restos de
baños rituales judíos que se conservan en Cataluña. También vale la pena descubrir el
antiguo hospital de peregrinos, la casa Cornellà, la iglesia de Sant Vicenç y la sala gótica del
palacio de la Curia Real. Pero, no hay que perderse, el
Pont Vell de Besalú, un puente que constituye el símbolo de la ciudad. Destaca por sus grandes dimensiones y por su forma de ángulo recto sobre el río. El documento más antiguo en el que aparece mencionado es del 1075, aunque el puente actual es una reconstrucción de principios de la década de 1960.
Al norte de Besalú se encuentra el
pueblecito de Beuda. Su patrimonio se puede descubrir a través de la
ruta Rodamons per Beuda (Trotamundos por Beuda), que propone el Ayuntamiento. Pensada para hacerse en coche e indicada para todos los públicos, recorre las obras románicas más destacables de los vecindarios de
Beuda, Lligordà, Palera y Segueró, como son las
iglesias de Sant Feliu, Sant Pere de Lligordà, Santa Maria de Palera, el Santo Sepulcro de Palera, Santa Maria de Segueró y el castillo de Beuda. En Santa Maria de Segueró, por ejemplo, se conserva una
espectacular imagen gótica de la Virgen María con el Niño, policromada y tallada en alabastro, mientras que en el interior de la iglesia de Sant Feliu se encuentra una
gran pila bautismal decorada con motivos que evocan el pecado. El
plano del itinerario, con enlaces QR, propuestas de juegos y curiosidades diversas, se ofrece dentro de una
mochila que se puede recoger en las casas rurales de Beuda y en la
oficina de turismo de Besalú.
Una propuesta de escapada en colaboración con la revista
Descobrir.