Gratuito | Page 7 | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

Gratuito

Español translation unavailable for Visita guiada al museu "Catalunya, un viatge en el temps".
Español translation unavailable for Una Mirada LGTBI+ al MAC.
Español translation unavailable for Ballem com els gegants, nans i cavallets!.
Español translation unavailable for Quan el museu no era museu.
Español translation unavailable for Àlbum de suro de Nadal.
Español translation unavailable for Passejada per les masies de Nou Barris.
Español translation unavailable for Sala Immersiva d'Ullastret 3D.
T
A partir de los años sesenta la Diputación de Tarragona fue adquiriendo un importante patrimonio artístico que no estaba al alcance de la ciudadanía. Por eso en 1976 creó el Museo de Arte Moderno, que tenía la finalidad de promover el estudio y el conocimiento del arte moderno y contemporáneo y, a la vez, conservar y mostrar estas colecciones.

La ubicación original escogida fue en la Casa Martí, una finca señorial del siglo XVIII en la parte alta de Tarragona. En 2008 el museo renovó su exposición permanente e inauguró un nuevo proyecto museográfico más moderno y didáctico.

El museo dedica unas salas en el Taller - Escuela de Pintura y Escultura que construyó la Generalitat republicana en Tarragona y la posterior Escuela Taller de Arte de la Diputación de Tarragona. También expone obras de artistas contemporáneos de los años ochenta de la zona como Bruno Gallart o Jaume Solé.

Una de las colecciones más importantes del museo es la del legado del escultor Julio Antonio. En la exposición permanente se pueden ver diversas facetas de su trabajo, haciendo hincapié en el Monumento a los Héroes de 1811, situado en la Rambla Nova de Tarragona. Otros representantes de la transición del siglo XIX al XX como Josep Tapiró también están presentes en la muestra.

Sin embargo, la obra más mediática del Museo de Arte Moderno de Tarragona lleva la firma de Joan Miró. Es el Tapiz de Tarragona, un proyecto de grandes dimensiones que el pintor hizo conjuntamente con Josep Royo. Miró regaló este tapiz en 1970 al Hospital de la Cruz Roja de Tarragona, dirigido entonces por Rafael Orozco, en agradecimiento a las atenciones que este médico ofreció a su hija. Cuando cerró esta institución la obra se cedió al museo donde ocupa un lugar de honor.
T
En Tivissa, en un punto estratégico del río Ebro desde donde se domina la llamada Cubeta de Móra, en 1912 se encontraron por casualidad un conjunto de pendientes, brazaletes, anillos, mangos de espejo y 29 monedas de época ibérica. Más tarde apareció una figura de una pareja de bueyes de bronce. Pero fue en 1927 cuando se produjo el hallazgo más importante: es lo que se conoce como el Tesoro de Tivissa, el mejor ejemplo de orfebrería ibérica que se conserva en Cataluña.

A partir de ahí se empezó a excavar la ciutat ibérica del Castellet de Banyoles de Tivissa, que se ha considerado uno de los más importantes de Cataluña. Ocupaba unas 4,4 hectáreas y su ubicación le permitía controlar las rutas comerciales de griegos y fenicios por el Ebro. No está clara la fecha de su fundación, pero se cree que ya podría haber existido antes del siglo VI aC. Se abandonó a finales del siglo III aC, con la llegada de los romanos. Después se construyó un pequeño castillo medieval.

Actualmente se pueden ver los restos de dos torres pentagonales, el único ejemplo de este tipo de estructura en el mundo ibérico. Su situación hace pensar que en este caso no tenían una función defensiva sino que eran un elemento de prestigio. También están excavadas una serie de viviendas situadas radialmente, que debían formar grupos de casas o barrios.

Todo apunta a que en el interior de la ciudad había un santuario o lugar de culto. Y es que el Tesoro de Tivissa, que actualmente se puede ver en el Museo de Arqueología de Cataluña, está formado por 17 piezas de plata de los siglos IV-III aC que corresponden mayoritariamente a una vajilla de lujo destinada probablemente celebraciones rituales.
T
"La arquitectura no es como la escultura. Está viva. Se vive en trozos y se reconstruye en la cabeza de cada uno. Hay que experimentarla en diferentes días, horas, estados de ánimo". Con esta premisa Albert Viaplana, en tándem con Helio Piñón, revolucionaron la Barcelona contemporánea y abrieron las puertas a una nueva manera de entender el espacio público. Uno de los grandes proyectos que lo recoge es la Plaza de los Països Catalans de Barcelona (1981-1983), frente a la estación de Sants.

Viaplana y Piñón diseñaron un espacio de cemento sin vegetación con dos grandes cubiertas de plancha de cobre. Y es que buscaban una propuesta atemporal y minimalista, expresada en líneas abstractas, simples y anónimas, para que cualquiera pudiera usarla. Este proyecto que encabeza el deconstructismo arquitectónico les valió el Premio FAD de arquitectura.

La plaza de los Països Catalans se convirtió en el modelo de las nuevas plazas promovidas en los años 80 por el Ayuntamiento, conocidas como "plazas duras", que en su momento ocasionaron polémica ciudadana por su frialdad. Más allá de la abstracción, la plaza está llena de detalles humanos y poéticos como la silueta de un gato de tejado de tamaño natural, hecho con plancha metálica, o una abertura a modo de ventana y unos manantiales.