La intervención de
conservación-restauración de la
Portalada de Ripoll, una magnífica
talla policromada en piedra considerada una
obra capital del románico internacionalmente, ha finalizado con una
gran aportación: la recuperación de la
policromía del pantocrátor.
Se le ha podido retirar la
pintura negra aplicada en
época moderna y ha quedado al descubierto la
pintura medieval: la doradura de la barba y de los cabellos, y las carnaciones de la
cara del pantocrátor y de los ángeles que lo rodean.
La restauración ha sido dirigida por el
Centre de Restauració de Béns i Mobles de Catalunya (CRBMC), que previamente realizó los estudios pertinentes para valorar el
estado de conservación de la portalada y analizar las
posibles líneas de actuación.
Los trabajos se han centrado principalmente en
limpiar las superficies escultóricas, consolidar las zonas
más degradadas y eliminar los
morteros y materiales añadidos en intervenciones anteriores.
La limpieza ha permitido también
recuperar la definición del
trabajo escultórico, que con la degradación y la
suciedad acumulada había perdido legibilidad. Ahora se evidencia con claridad, en muchas zonas de la portalada, el
trabajo de calidad del relevo escultórico.