Con la primavera ya instalada, en el sur de la Costa Brava nos espera una agradable estancia para descubrir algunos de los rincones naturales y culturales más fascinantes de La Selva marítima. Comenzamos nuestra escapada en Blanes, concretamente en el castillo de Sant Joan, una edificación de estilo románico que fue construida para vigilar las incursiones marítimas de los piratas. Situado en la cima del cerro de Sant Joan, el castillo ofrece una vista panorámica de Blanes.
En esta localidad tampoco nos podemos perder la ruta de las ermitas blandenses, construidas en lugares estratégicos de la villa por su doble función, religiosa y defensiva al mismo tiempo. La ruta nos llevará a conocer las ermitas de la Esperança, Sant Francesc y Santa Bàrbara, entre otras, cada una de ellas con su propia historia, leyendas y curiosidades.
Algo que también caracteriza a este territorio son sus impresionantes jardines mediterráneos. En Blanes está el jardín botánico de Marimurtra, todo un paraíso del mundo vegetal con más de 4000 especies de cinco continentes diferentes. Muy cerca, en Lloret, encontramos también los jardines de Santa Clotilde, situados sobre un acantilado. Un espacio lleno de naturaleza, olores, colores y tranquilidad con una vista inmejorable de la Costa Brava.
Sin movernos de Lloret de Mar, visitamos un singular cementerio modernista, uno de los principales ejemplos de arte fúnebre del siglo XIX en Cataluña que aún conserva la huella del legado indiano. En el paseo marítimo, también podemos visitar Can Garriga, una de las casas indianas más relevantes de la ciudad. Actualmente alberga el Museo del Mar, un recinto que supone un viaje por la historia de Lloret de Mar, desde la época en que su playa acogía la construcción de barcos hasta los viajes a América.
Acabamos nuestra escapada en Tossa de Mar, donde descubrimos la espectacular Vila Vella, un imponente recinto amurallado construido entre los siglos XII y XIV como defensa ante las incursiones de los piratas. El interior de la Vila Vella es una visita obligada, formada por un conjunto de calles pintorescas y edificios con mucho encanto.
En la parte más alta, encontramos el faro de Tossa, construido sobre el antiguo castillo que dominaba el territorio y que ahora se ha convertido en un espacio de referencia para las personas interesadas en obtener una visión profunda del mundo de los faros.
Una escapada en colaboración con la revista
Descobrir.