Naturaleza y patrimonio para vivir el Delta del Ebro | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

Escapadas



​1. Caseta de Fusta (Òscar Rodbag)
2. Torre de Sant Joan (Francisco Franco)
3. Torre del Moro (La Ràpita)

Naturaleza y patrimonio para vivir el Delta del Ebro

Largas layas de dunas y carrizales, arrozales y pueblos tradicionales de casitas blancas. Son estampas habituales del delta del Ebro. Adentraos en la historia, las tradiciones y la cultura de este territorio visitando sus museos, centros de interpretación y otros equipamientos históricos.
Os proponemos empezar esta escapada en Amposta, la capital del Montsià. Allí podéis hacer una visita al espectacular puente colgante, que cruza el Ebro, y al castillo de Amposta, una antigua fortaleza del siglo X. A pocos kilómetros de la ciudad, podéis ir a ver también la torre de la Carrova, que históricamente era el punto estratégico para controlar el tránsito fluvial. Y, para sumergiros en la historia y la cultura de este territorio, os recomendamos que entréis en el Museo de las Tierras del Ebro.
 
Después, dejad atrás la ciudad para adentraros por las carreteras locales y las pistas que surcan los campos de arrozales y bordean humedales y largas playas de dunas y carrizales. Situada en el corazón del Delta, os espera una villa con mucho de encanto que destaca por el color blanco y unas casas peculiares: el Poblenou del Delta. Allí podéis visitar la singular parroquia de la Mare de Déu de la Cinta y desplazaros hasta el embarcadero de Magdalenes para disfrutar de un amanecer espectacular.
 
Si os gustan las aves, también os proponemos disfrutar de una ruta a pie o en bicicleta por los miradores de la Encanyissada, la laguna más grande del Parque Natural del Delta del Ebro. En este mismo lugar se encuentra también uno de los museos más antiguos del territorio y actual centro de interpretación del parque, la Casa de Fusta. Y, si queréis disfrutar de una experiencia única de la zona, en Lo Mas de la Cuixota se puede alquilar una barca de perchar y navegar dentro de una pequeña laguna con unas vistas fantásticas. Antes de abandonar este municipio, es imprescindible visitar la torre de San Juan, construida en 1576 como defensa de los ataques de la piratería sarracena.
 
Para acabar, dirigíos a la Ràpita, un municipio de playas tranquilas y ambiente familiar. Podéis ir a la histórica plaza de Carlos III, presidida por la iglesia de la Santísima Trinidad, y disfrutar de una vuelta por el paseo Marítimo, donde podréis observar sus magníficas playas y lugares de interés, como el parque de Garbí o el histórico barrio marinero del Xicago. También os proponemos hacer una visita al Museo del Mar del Ebro, con exposiciones permanentes que explican las formas de vida de la costa que rodea la desembocadura del Ebro. Y para disfrutar de una de las mejores rutas senderistas de la zona, subid a la cumbre de la Foradada, que regala una espléndida vista del paisaje montañoso hacia todo el Delta.

Una escapada en colaboración con la revista Descobrir.