Los olores y el ruido de agua, carros y trabajadores eran un continuo a partir de finales del siglo XVIII a orillas del
Rec de Igualada cuando se empezaron a construir las nuevas curtidurías. El Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de la Anoia rememora este
pasado industrial de la ciudad, vinculado al cuero y a la manufactura de la lana. Concebido en 1954, es uno de los
primeros museos monográficos de la piel de Europa y forma parte del
Sistema Territorial del mNACTEC.
Los dos edificios que forman el museo resumen la evolución industrial de la zona del Rec. La sede principal es la fábrica algodonera
Cal Boyer, un ejemplo del fuerte crecimiento industrial de finales del siglo XIX. El otro,
Cal Granotes, es un edificio preindustrial (siglo XVIII) donde se realizaba de forma artesanal el curtido al vegetal de la piel, sobre todo de buey y vaca. Actualmente es la única curtiduría museizada en Cataluña.
La exposición permanente se encuentra dividida en varios ámbitos. Destaca la sala "El Hombre y el Agua" donde se tratan temas como qué papel tiene el agua en la salud, el aprovechamiento económico del agua o su elevación y transporte. La museografía del espacio es innovadora ya que en la parte central el visitante encuentra
un canal de agua donde podrá experimentar con varios widgets hidráulicos.
En la sala "De los hoyos los bombos" explica la
evolución histórica del oficio de curtidor, desde cómo se abona la piel en 1890 (conexión con Cal Granotes) hasta las barricas de curtir y otra maquinaria que ya funciona con energía eléctrica.