La carta que cambió el mundo | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

Historias

La carta que cambió el mundo

Descubrimos la crónica del misterioso robo de uno de los documentos más interesantes de la historia de la humanidad: la epístola de insulis nuper inventis, la carta en la que Cristóbal Colón anuncia los resultados de su primer viaje a las Américas.

1493

Un viento invernal bate las aguas de un Atlántico enfurecido. La extraordinaria fuerza de las olas separa el destino de dos naves que, sin saberlo, están surcando las últimas millas de una de las aventuras marítimas más fascinantes de la historia. El 14 de febrero de 1493, las dos carabelas emprenden rumbos opuestos después de casi un mes de viaje juntas: La Pinta, hacia las costas gallegas; La Niña, hacia las Azores y Portugal. El almirante de la expedición, un genovés universal de apellido Colón y de nombre Cristóbal, se encuentra a bordo de La Niña. Él y toda la tripulación acaban de salvarse de una tormenta. Presagiaban el naufragio pero Dios ha cumplido su promesa. «¡Tierra a la vista!» Ahora sí, la tierra conocida. Después de un viaje extenuante y con el corazón desbordante de alegría, ha sido capaz de llegar a las Indias por el oeste, tal como había prometido, y llega con el zurrón cargado de esperanza para complacer a sus majestades. El triunfo es rotundo. Sus dedos abrazan una pluma y la mojan en tinta. Al poner sus pies en el puerto de Lisboa, el 4 de marzo de 1493,el navegante concluye la redacción de una carta que cambiará para siempre la cosmovisión del mundo.

Réplica de las tres naves ue participaron en el primer viaje de Cristóbal Colon, en el Muelle de Las Carabelas (Palos de la Frontera, España). (Edward The Confessor/Wikimedia Commons)

Epístola de insulis nuper inventis

Colón siente la necesidad de dejar testimonio de su inimaginable descubrimiento. Quiere engrandecer su gesta para pasar a los anales de la historia. Así pues, es preciso notificar a Isabel I de Castilla y a Fernando II de Aragón su extraordinaria proeza, y lo hace a través de una epístola que envía a su protector y confidente, mosén Luis de Santángel.
 
La narración se inicia con la salida desde el puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. Se explaya con la llegada al nuevo continente, describe el expolio que han hecho de las islas (más allá del Ganges) y culmina con la llegada al puerto de la capital portuguesa siete meses después. Para él es de vital importancia transmitir que, efectivamente, han descubierto un territorio desconocido. Un territorio rico y con un suelo fértil donde abunda el oro, una cantidad de oro incalculable. Quiere, además, comunicar a sus gobernantes los detalles sobre las poblaciones desconocidas. Una percepción que será de vital importancia para los monarcas de un reino que está a las puertas de convertirse en el imperio más grande nunca conocido: parece que la conversión de los habitantes locales del Nuevo Mundo será una tarea fácil.
Primer desembarco de Colon a América (Dióscoro Puebla/Wikimedia Commons)
Colon arrodillado delante de Isabel I de Castilla (Desconegut. Library of Congress/Wikimedia Commons)


En el horizonte se dibuja Barcelona, la última parada de esta odisea sin precedentes, donde los Reyes Católicos esperan ansiosamente su llegada. Es un recibimiento espléndido, en el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra, en Badalona. Todo está a punto para impresionarlos con sorprendentes hallazgos: siete indios taínos, coloridos papagayos, oro, perlas preciosas, especias y otros materiales exquisitos.
 
Ha puesto el punto final a su misiva. Colón tiene claro que esta noticia tiene que recorrer Europa, y la mejor manera de conseguirlo es mediante esta carta. No se sabe con certeza quién ordenó su impresión: unos dicen que fueron los Reyes Católicos los que ordenaron que se imprimiera primero en castellano y posteriormente en latín y otras lenguas. Al fin y al cabo, ellos eran los principales interesados en hacer crecer su imperio. Pero, ¿y si fue Colón? Él también quería difundir su proeza, porque creía que había llegado a las tierras del Ganges por una ruta diferente. Sea como sea, la carta fue editada en castellano por primera vez en los talleres de Pere Posa en Barcelona y, después, en Roma por un conocido impresor que estampó la segunda edición, en latín, que fue la referencia para las siguientes. En total se realizaron nueve ediciones y diversas variantes hasta llegar a un total de 17 versiones. A pesar de todo, la ironía de la vida quiso que Colón ignorara su auténtico descubrimiento, que hizo cambiar el mundo, y acabara sus días convencido de que había visitado las Indias más allá del Ganges hasta cuatro veces.
 

Imagen de la carta verdadera al lado de la copia (Biblioteca de Catalunya)

2004 – 2005

Si se enfila la calle Hospital, en el corazón del barrio del Raval de Barcelona, y se gira después a la derecha, se accede al patio de la Biblioteca de Cataluña, una emblemática institución que desde 1918 custodia un ejemplar de una de las versiones incunables de la carta de Colón.
 
En algún momento de 2004 o 2005, una persona accede a su interior: pasa todos los controles de seguridad y solicita consultar la carta original. Hasta aquí, nada extraño. Todo se adecua al estricto orden protocolario. Se desconocen los detalles de lo que pasó a continuación, pero en aquel instante se produjo un hurto que permanecería irresuelto durante casi una década. Los cuatro folios que conforman esta carta son sustituidos por una copia prácticamente exacta, pero falsa. Uno de los documentos más importantes de la historia acababa de ser sustraído y salía de la biblioteca a escondidas; posiblemente en el bolsillo de una chaqueta.
Biblioteca de Catalunya (Bob Masters/Departament de Cultura)

Empieza un nuevo viaje

Unos años más tarde, en una librería parisina, aparece la epístola. Hacía un par de años que un anticuario la había comprado a unos marchantes italianos por un importe que rondaba los 600 mil euros. De hecho, un año más tarde, aunque en esta ocasión en Nueva York, el mismo anticuario la vuelve a comprar: la famosa carta parecía ser el testimonio vivo de un viaje épico análogo al de Colón, aunque del periplo de la carta no se haya podido trazar con certeza el recorrido.
 
Lo que sí se sabe es que en 2011, en una feria que se celebraba en San Francisco, un coleccionista privado se fijó en el apreciado documento que ahora volvía a aparecer en Nueva York, era adquirido por casi un millón de euros e iniciaba un nuevo viaje hacia Brasil.
 
El FBI y la INTERPOL sospechan: alguna cosa extraña sucede, porque acaban de destapar el robo de otro ejemplar de la misma carta en la Biblioteca Riccardiana de Florencia. Se imaginan que se ha replicado el mismo modus operandi que en Barcelona y por ello el equipo policial que investiga el caso empieza a seguir la pista. Se informa a la Biblioteca de Cataluña y se confirman los peores presagios, porque gracias a la digitalización del documento realizada poco antes de la sustracción se pueden comparar las muestras enviadas, y se constata que el incunable que se encuentra en el fondo de reserva es una falsificación, muy bien hecha, hay que decirlo, pero una falsificación en última instancia.

Paris (Chris Molloy/Pexels)
San Francisco (Pixabay/Pexels)

 

La carta vuelve a puerto

En 2018 se hizo entrega de la carta al embajador de España en Estados Unidos y el original se guardó en la cámara acorazada del Ministerio de Cultura y Deporte hasta que en 2021 la epístola, llamada Insulis nuper inventis, regresó a la Biblioteca de Cataluña.
 
Y, con el retorno a los muros que la resguardaron durante tantos años antes du robo, culminan las peripecias sin resolver de la carta de Colón. Indudablemente, se trata de un incunable de enorme valor histórico y documental, ya que es una ventana al pasado; a un mundo que se nos dibuja lejano, pero que actualmente podemos redescubrir a través de cada una de las líneas de una epístola escrita por un hombre que eternizó su nombre gracias a un viaje nunca imaginado.
Biblioteca de Catalunya (Bob Masters/Departament de Cultura)

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La encontrarás en la Memòria Digital de Catalunya, el repositori cooperativo desde el que se pueden consultar, en acceso abierto, colecciones digitalizadas relacionadas con Cataluña y su patrimonio.