El “Ya estoy aquí” del presidente Tarradellas es uno de los momentos más icónicos y emotivos de la historia de Cataluña. Ante él, el político tenía una multitud que lo recibía con entusiasmo. Detrás de él, treinta y ocho años de exilio y penurias económicas extremas para poder sobrevivir en Francia.
Encima del mueble bar del comedor, la familia Tarradellas tenía colgado un cuadro excepcional. Era una tela apaisada, de medio metro de largo por solo 14 centímetros de alto, donde se podía ver el sinuoso paisaje de Portlligat. La pintura se titulaba Eco Antropomórfico y su autor era Salvador Dalí. El cuadro databa de 1937 y Josep Tarradellas lo había comprado al final de la guerra. A pesar de las dificultades y los incontables cambios de domicilio desde que había tenido que marcharse al exilio, no se había querido desprender nunca de él, pero iban pasando los años y con el paso del tiempo crecían las complicaciones.
Josep Tarradellas había relevado a Josep Irla en la presidencia de la Generalitat en 1954 con un objetivo claro: mantener la institución viva. Pero la voluntad no paga las facturas y los Tarradellas tenían que hacer milagros para llegar a fin de mes. En 1960, la situación era tan crítica que el presidente tomó la dolorosa decisión de descolgar el Dalí para ponerlo a la venta.
1. Visita de Salvador Dalí y su esposa al presidente Tarradellas y su esposa, Antònia Macià. 8 de junio de 1979. 2. El eco antropomórfico (1931) de Salvador Dalí. Fundación Gala-Salvador Dalí.
Para ello contó con la ayuda de Jaume Miravitlles, que había sido comisario de propaganda de la Generalitat republicana. Met, como lo conocía todo el mundo, vivía exiliado en Nueva York y conservaba la amistad del pintor surrealista, pues habían sido compañeros de escuela durante su infancia en Figueres.
Desde el momento en que Dalí tuvo conocimiento de la situación, colaboró con el presidente en el proceso de la venta. De hecho, cuando Tarradellas envió el cuadro a Estados Unidos para que el agente del artista lo pusiera en el mercado, el pintor estuvo de acuerdo en reclamarlo como suyo para que el político no tuviera que pagar las tasas de importación.
Jaume Miravitlles y su hija Montserrat en Nueva York, 1961.
Tarradellas quería vender el cuadro lo antes posible porque necesitaba el dinero con urgencia, pero la operación se fue alargando desde el principio. El primer tropiezo apareció enseguida porque el cuadro llegó con algunos desperfectos que el propio Dalí aceptó arreglar. El coste de la tela, fijado en 8.000 dólares, también fue una complicación, porque al pintor le parecía poco dinero y que aquella tasación rebajaba su categoría. Hay que recordar que, en aquellos momentos, Dalí estaba consolidando su carrera en EE. UU. y le interesaba que sus pinturas estuvieran bien pagadas para ser considerado un artista bien cotizado. Y, por si todo esto no fuera suficiente, Miravitlles estaba tan ocupado con sus negocios en Nueva York que no lograba dar el impulso suficiente al proceso de venta, que se eternizaba mientras la angustia de los Tarradellas no hacía más que aumentar.
Visita de Salvador Dalí y su esposa al presidente Tarradellas y su esposa, Antònia Macià. 8 de junio de 1979.
Desesperado por resolver la cuestión, el presidente optó por ponerse en contacto con un viejo amigo y compañero de partido, el bagense Francesc Senyal, que en aquellos momentos también residía en la ciudad americana, para que averiguara qué pasaba con Met y el cuadro. En el Archivo Tarradellas se conserva la carta que Senyal le envió desde Nueva York el 8 de mayo de 1961, donde trata de tranquilizarle explicándole que Miravitlles estaba haciendo todas las gestiones que podía, incluso ir a la galería Carstairs para hablar con el agente de Dalí en América. El intermediario aseguraba que el cuadro se vendería sin problemas, pero que uno de los compradores interesados había visto otros pequeños desperfectos en la tela y Dalí, una vez más, se había comprometido a arreglarlos. Según los cálculos del galerista americano, aquello solo requeriría un par de días y luego tan solo sería cuestión de fotografiar la tela para ponerla en circulación. Según la carta que Senyal envió a Tarradellas, entre una cosa y otra, la cosa debería estar resuelta en un par de semanas. Pero no fue así.
Carta que Senyal le envió desde Nueva York, el 8 de mayo de 1961.
Los trámites de la venta se continuaron alargando y, mientras tanto, el presidente continuaba preguntando cómo estaba el tema. Como ya no encontraba manera de hacer frente a las deudas, pidió a Miravitlles y a Senyal que le enviaran ni que fuera un anticipo de la operación y, que si nadie podía pagar la cantidad total de golpe, él no tenía ningún problema con que el cuadro fuera pagado a plazos, si aquello tenía que servir para conseguir el dinero de una vez por todas.
Finalmente, la venta se cerró a mediados de julio. A pesar de las aspiraciones de Dalí, la tela se vendió por 8.000 $, pero a Tarradellas solo llegaron 6.000 $, porque hubo que descontar la comisión de los intermediarios y el pago de diferentes trámites. Con ese dinero, el presidente consiguió ganar un poco más de tiempo para seguir resistiendo desde Saint-Martin-Le-Beau.
Visita de Salvador Dalí y su esposa al presidente Tarradellas y su esposa, Antònia Macià. 8 de junio de 1979.
En cuanto al Eco Antropomórfico, pasó a manos de un coleccionista de Cleveland llamado Reynolds Morse, que al morir legó sus obras al Museo Dalí de Florida, donde se exhibe hoy en día.
Al desprenderse del cuadro, Tarradellas perdió parte de su patrimonio personal, porque nunca perdió el sentido institucional. Siempre tuvo presente la responsabilidad que había aceptado en 1954 de manos de Irla y los demás políticos del exilio y, consecuente con esta decisión, actuó siempre como presidente de la Generalitat, entre otras cosas, guardando toda la documentación de los años de exilio, consciente de que aquello permitiría explicar a las nuevas generaciones las vicisitudes que él y tantos otros exiliados vivieron a partir de 1939.
Visita de Salvador Dalí y su esposa al presidente Tarradellas y su esposa, Antònia Macià. 8 de junio de 1979.
El Archivo Montserrat Tarradellas i Macià
Toda aquella documentación sirvió para fundar, en el monasterio de Poblet, el Archivo Montserrat Tarradellas i Macià, que, obviamente conserva la carta que Francesc Senyal escribió en 1961 desde Nueva York y que permite hacerse una idea de cómo fueron algunos de los momentos más críticos del exilio del 125.º presidente de la Generalitat de Catalunya. Toda aquella documentación sirvió para fundar, en el monasterio de Poblet, el Archivo Montserrat Tarradellas i Macià, que, obviamente conserva la carta que Francesc Senyal escribió en 1961 desde Nueva York y que permite hacerse una idea de cómo fueron algunos de los momentos más críticos del exilio del 125.º presidente de la Generalitat de Catalunya.
Imágenes del Archivo Montserrat Tarradellas i Macià (monasterio de Poblet). Autor: Lorena Ruiz Pellicero
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