T2xC2 - Las hechiceras de Tortosa | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

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T2xC2 - Las hechiceras de Tortosa

En el barrio tortosino de Remolins, en 1656, un vecino moribundo lanzó una acusación fatal contra dos mujeres del vecindario. Aquello les cambió la vida para siempre, porque las supersticiones y las creencias populares tenían más peso que la realidad.

Josep Vidal hacía días que no se sentía bien. A pesar de haber probado los remedios de siempre, cada vez se sentía más débil. Por eso fue a ver a la Magdalena Colomer. En el pueblo tenía fama de hechicera, porque decían que curaba todos los males con sus oraciones. Pero con el pobre Vidal no se sintió con ánimos. Según ella, aquel hombre estaba “hechizado”. Aseguraba que alguien había practicado las artes de la brujería contra él. Y mosén Talarn, rector de la parroquia de Sant Jaume, habituado a hacer exorcismos, estaba de acuerdo. 

Ni la hechicera ni el sacerdote consiguieron quitarle el mal de dentro. Josep Vidal acabó muriendo, pero mientras agonizaba tuvo tiempo de acusar a Joana Bladera y a su hija Tomasa de ser las responsables de su desgracia. Ellas eran las culpables del embrujo, estaba seguro. 
 




1. Copia del plano de Tortosa, 1642.

2. Puerta Vimpeçol, en el barrio Remolins, finales del siglo XIX.

Aquella era una acusación muy grave que había que aclarar inmediatamente para evitar que el diablo se apoderara de Remolins. Y eso es lo que se propusieron el veguer y los paers. La investigación se puso en marcha, pero no para exculpar a las mujeres, sino para reunir pruebas suficientes para procesarlas. Abrieron diligencias y comenzaron a citar testigos para incriminarlas. Los primeros en declarar fueron el rector y Magdalena Colomer. Después fue el turno de una vecina del pueblo, llamada Lluïsa Cervera, que estaba convencida de que Tomasa Bladera era una bruja, porque, un día que se encontraron en la calle, había cogido a su bebé en brazos y, desde ese momento y durante tres días, la criatura no había parado de llorar y, además, se negaba a mamar. Lluïsa, preocupada por si su bebé estaba afectado de brujería, la puso delante de una vecina del pueblo de quien se decía que estaba endemoniada.


1. Escudo de Tortosa, 1635. Fotografía: Ramon Borrell.

2. Cuadro La Verge dels Procuradors de Tortosa, finales del siglo XVI.

Según la creencia de la época, si al ver al niño se alteraba, era porque el niño había sufrido las malas artes. Y así pasó. Por esta razón, Lluïsa Cervera aseguraba con rotundidad que Tomasa era bruja. Y si la hija lo era, debía ser porque había aprendido de la madre. De hecho, otra vecina de la localidad, Tomasa Martí, aseguraba que desde que no había querido hacerle un favor a Joana, sufría un dolor tan intenso en el pecho que no podía ser causado por otra cosa que no fuera una maldición de la madre Bladera. 

Desgraciadamente el paso del tiempo ha sido implacable y no ha permitido que se haya conservado todo el expediente de las Bladera y, por tanto, es imposible conocer cuál fue el desenlace de la acusación contra aquellas dos mujeres. No podemos saber si esquivaron la condena, aunque la declaración de los testigos recogidos por el veguer no hace pensar que fueran absueltas. Cuando una mujer era señalada como bruja, de todas partes aparecían indicios incriminatorios para apuntalar la acusación y difícilmente salían indemnes del proceso. 



Imagen del documento original “Procés de paeria i veguer, contra les Bladeres (Joana i Tomasa, mare i filla), acusades de bruixeria”. Autor: Lorena Ruiz

El Archivo Comarcal de El Baix Ebre

Tampoco sabemos qué empujó a Josep Vidal a señalar a madre e hija. ¿Quizás tenían mala relación por alguna cuestión previa que se nos escapa? Tal vez fue Magdalena Colomer quien lo incitó a acusarlas. ¿Quién sabe si eran mujeres que se dedicaban a curar los males usando remedios ancestrales y, como le hacían la competencia, aprovechó aquel caso para borrarlas del mapa? Son tan solo dos de las muchas hipótesis que se pueden plantear mientras esperamos a que alguien en el futuro resuelva el misterio de la acusación de las Bladera, que sigue esperando ser descifrado, bien guardado en el Archivo Comarcal de El Baix Ebre.   


Patio interior del Archivo Comarcal de El Baix Ebre (ACBEB).
Interior del Archivo Comarcal de El Baix Ebre. Autor: Lorena Ruiz Pellicero

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Consulta el documento original en el que se basa esta historia en Archivos en Línea.

https://arxiusenlinia.cultura.gencat.cat/#/cercaavancada/detallunitat/ACTE290-11-T2-1756

Y, si quieres consultarlo presencialmente en el Archivo Comarcal de El Baix Ebre, pregunta por el documento “Procés de paeria i veguer, contra les Bladeres (Joana i Tomasa, mare i filla), acusades de bruixeria”, con el código de referencia ACTE290-11-T2-1756.

 
 

La importancia del documento

Y, si aún quieres profundizar más, mira este vídeo en el que Albert Curto Mercedes, director del Archivo Comarcal de El Baix Ebre, nos explica la importancia del documento escogido para explicar esta historia.