Villa medieval de Pals El guardián de la laguna
El topónimo Pals (derivado del latín palus, "terreno pantanoso") describe perfectamente el marco geográfico de marismas y humedales que había en este tramo de costa. Por eso no es casual que el origen de la villa sea en lo alto de un monte, sobre la llanura. Actualmente el núcleo antiguo de Pals, conocido como el barrio del Pedró, permite hacer un recorrido por el pasado medieval del pueblo.
Por encima de los tejados del casco antiguo destaca la Torre de las Horas, el único testimonio que queda del antiguo castillo de Pals. Se trata de su torre maestra, de planta circular y estilo románico, construida sobre un podio de roca natural. Su nombre proviene de un pequeño campanario gótico de tres pilastras que se le añadió en el siglo XV.
La iglesia de San Pedro es un edificio de una nave de estilo gótico, con algunas incorporaciones más tardías como la portada barroca. Ésta sustituye una anterior construcción románica (del siglo XII) de la que se conservan restos en la fachada occidental, incorporadas al actual frontis. Para construir la nave muy probablemente se aprovechó piedra procedente del castillo, que estaba en ruinas.
Las murallas de Pals son unas de las mejor conservadas del Empordà. Su trazado se mantiene prácticamente íntegro, y sólo alguno tramos han sido transformados o derribados, especialmente en el lado de levante y de mediodía, que es por donde se ha extendido la villa. El interior del casco viejo es un conjunto de calles estrechas y empinadas, que se articulan alrededor de la calle Mayor, que tiene tramos cubiertos. Lo que da unidad al conjunto es el color amarillento de las paredes proveniente de la piedra arenisca con que están construidas.
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¿Qué puedo hacer?
Pasea por el interior de la villa. Muchos edificios tienen decoraciones góticas y renacentistas, como la antigua y la actual casa de la villa o Ca la Pruna.