Paleontología | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

Paleontología

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Desde descubrir los murciélagos hasta explorar la Vía Láctea. El Museo de Ciencias Naturales de Granollers trabaja para la conservación, estudio y difusión científica en materias muy diversas: la paleontología, la geología, la botánica, la meteorología y, especialmente, la zoología. Precisamente una de las colecciones más importantes que conserva es la de mariposas de todo el mundo y la de escarabajos tropicales.

El visitante puede descubrir en la exposición permanente fósiles procedentes del yacimiento Triásico del Montseny (de 250 millones de años), muestras de las explotaciones mineras de Gualba, Matagalls y Vallcarca o un herbario de líquenes.

La sede del Museo desde 1987 es una antigua torre modernista llamada la Tela, o casa Pius Anfres, a la que en 2012 se anexó un nuevo edificio de más de 2.000 metros cuadrados, convirtiéndose en uno de los principales museos de ciencias naturales de España. El jardín que rodea el conjunto acoge una muestra de la botánica y la geología de la comarca del Vallés Oriental.

En las nuevas instalaciones hay un espacio reservado para el firmamento. Es el planetario, con una cúpula de 6 metros de diámetro. ¡Se puede llegar a ver proyectado el cielo de épocas pasadas y futuras!

Además de estos equipamientos, el museo gestiona el Aula de Naturaleza de Can Cabanyes, en la Reserva Natural de Can Cabanyes, y la Estación Meteorológica de Granollers, el Puig de les Forques.

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65 millones de años de antigüedad, más de 38.000m2 de extensión y 3.500 huellas de dinosaurio. Estos datos hacen del yacimiento de Fígols-Vallcebre de Fumanya uno de los más importantes de Europa con restos fósiles del Cretácico Superior.

Situado en la cormarca del Alt Berguedà, el conjunto paleontológico incluye las antiguas explotaciones de carbón a cielo abierto de Fumanya Sud (Fígols), Fumanya Nord, Tumi (Vallcebre) y Coll de Pradell (Vallcebre-Saldes). Además de las huellas (icnitas), los paleontólogos han identificado restos de fósiles de huevos y de huesos de dinosaurio, un gran número de restos vegetales (troncos de árboles, hojas de diferentes tipos, algas ...) y animales (conchas de moluscos e invertebrados fosilizados).

El descubrimiento de los Yacimientos de Fumanya es de 1985, cuando Lluís Viladrich y su esposa, miembros del colectivo Berguedà de Ciencias Naturales, estaban de excursión en la zona y sospecharon que los hoyos que se observaban en Fumanya Sud podrían corresponder a huellas de algún animal. Las investigaciones posteriores del Instituto Paleontológico Miquel Crusafont de Sabadell confirmaron esta primera teoría.

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La información que nos proporcionan los yacimientos paleontológicos catalanes nos permite reconstruir antiguos paisajes y estudiar la historia de la vida.

Los yacimientos de conservación excepcional, con fosilizaciones que permiten observar detalles únicos, son auténticas ventanas al pasado. Es el caso de La Pedrera d’Alcover, Les Pedreres de Rúbies y La Cabrua.

La presencia de restos fosilizados de dinosaurios en yacimientos como los de La Cañada, Mas d’Arsis, Blasi y Sant Romà d'Abella ha permitido la descripción de nuevas especies de saurópodos y hadrosaurios. También destacan los huevos de dinosaurio encontrados en Coll de Nargó, uno de los conjuntos más importantes del mundo.

En Els Països Catalans también se han encontrado gran cantidad de restos fósiles que han permitido describir nuevas especies de mamíferos. Este es el caso de yacimientos como El Bunyol, Els Casots, la Trinchera del Ferrocarril, el Castillo de Barberá, Can Ponsic, El Firal y Venta del Moro.

Un punto y aparte son los yacimientos de Can Mata (Hostalets de Pierola) y el de Can Llobateres (Sabadell), reconocidos internacionalmente por su excepcionalidad científica y patrimonial. En la descripción de nuevos mamíferos, ambos suman el descubrimiento de nuevos primates antropomorfos Pierolapithecus catalaunicus, Anoiapithecus brevirostris y Hispanopithecus laietanus.

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El Pirineo fue uno de los últimos espacios que los dinosaurios habitaron, hace 65 millones de años. El yacimiento cretácico de Coll de Nargó es considerado por la comunidad científica como uno de los más importantes del mundo. Y es que es una gran fuente de información sobre el momento en que se extinguieron los últimos grandes dinosaurios y comenzó una nueva era dominada por los mamíferos.

El yacimiento consta de una zona abierta al público llamada "Mirador del Cretácico", desde la que se pueden observar huellas, restos fósiles vegetales y animales, huevos y nidos de dinosaurio. Para divulgar la importancia del yacimiento, se creó el museo Dinosfera, un centro de interpretación interactivo basado en las nuevas tecnologías.

La exposición permanente se centra en explicar cómo se cree que era el proceso de reproducción de estos gigantes de la naturaleza. Y es que una de las piezas más espectaculares encontradas en Coll de Nargó y que se pueden ver en el museo es el nido de dinosaurio más grande de Europa. Precisamente, uno de los principales responsables de las puestas que se han encontrado en la zona es el titanosaurio. Por eso una reproducción de este saurópodo preside el inicio de la exposición.

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Al morir el paleontólogo Miquel Crusafont, sus hijos cedieron el fondo y la colección de fósiles de su padre al Instituto Provincial de Paleontología, con la condición de que no saliera de Sabadell.

Este instituto pasó a llamarse posteriormente Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) y actualmente es el centro de referencia en investigación, conservación y difusión de la paleontología en Cataluña (la ciencia que estudia los seres vivos del pasado a través de los fósiles). A lo largo de su historia, la colección se ha ampliado hasta los 200.000 registros fósiles, obtenidos en diferentes yacimientos, convirtiéndose en una de las más importantes de Europa.

Entre los hallazgos más conocidos que custodia el ICP están Jordi y Montse (Hispanopithecus laietanus) y Pau (Pierolapithecus catalaunicus). Todos ellos son primates de más de 12 millones de años y han permitido explicar mejor el periodo entre los homínidos y sus ancestros primates.

Desde 2010, el museo se ha convertido en el principal espacio divulgativo del ICP. Allí, a través de recorridos interactivos, se muestra cómo es el proceso de investigación paleontológica, cómo es un laboratorio de restauración de fósiles, fósiles en 3D y recreación de paisajes de hace 66 millones de años, cuando los actuales Pirineos eran una zona poblada por dinosaurios.