Castillos encumbrados, pinturas escondidas durante siglos e, incluso, unos duendes que no pueden dejar de trabajar ni un solo momento, aunque no son responsables del excelente románico de la zona, que se sepa...
Estas y otras sorpresas las encontrarás al recorrer tres de las comarcas más amplias de Cataluña: el
Alt Urgell, el
Pallars Sobirà y el
Pallars Jussà.
EL DOMINIO DEL TERRITORIOEn la Serra del
Montsec, dominando la Conca de Tremp sobre un promontorio, encontrarás una pareja medieval de lujo separada por solo un centenar de metros. El
Castillo de Mur y el antiguo
Monasterio de Santa Maria son dos ejemplos extraordinarios de la arquitectura religiosa y civil románica.
Cruzando el río Noguera Pallaresa llegarás a otro
lugar excepcional:
Llimiana conserva cuatro iglesias del siglo XI y las murallas de un castillo aún más antiguo. En
Isona y Conca Dellà conviven el patrimonio histórico arquitectónico y paleontológico: castillos, iglesias, vestigios de la Guerra Civil y restos de dinosaurios que podemos contemplar al aire libre o en el
Museo de la Conca Dellà.
En la
Vall Fosca debes hacer una parada para ver las iglesias de
Cabdella y
Torre de Cabdella. Y si también te interesa la historia más reciente, no te puedes perder una visita en el
Museo Hidroeléctrico.
DE LA NIEVE A LA SALEl Pallars Sobirà es la tierra de los
minairones, unos duendes trabajadores e incansables que han excavado la mayoría de tarteras del Pirineo. Pero esta comarca también alberga joyas románicas en València d’Àneu, Esterri y la Guingueta, con los vestigios de la canónica de
Santa Maria d'Àneu en cabeza.
Si te adentras en el Baix Pallars, vale la pena detenerse para contemplar el singular ábside de dos niveles de
Sant Serni de Baiasca y sus
pinturas murales, de las pocas que se conservan
in situ en el Pirineo. En
Gerri de la Sal encontrarás la
iglesia del antiguo monasterio visigótico y único vestigio conservado de la antigua abadía.
ALT URGELL, NÚCLEO DE LA CRISTIANDADEn la Seu d’Urgell existe una de las
grandes catedrales de Cataluña:
Santa Maria d'Urgell es la única íntegramente románica que se conserva. Más modesta es la iglesia de
Sant Climent de Coll de Nargó; los ventanales con arco de herradura del primer cuerpo del campanario son fruto de la influencia islámica.
Visitar las
pinturas de Estamariu y el monasterio de
Sant Sadurní de Tavèrnoles, en Anserall, son dos de las mejores maneras de acabar esta ruta. Pero nos encontramos demasiado cerca de
Andorra para no acercarnos a la pequeña iglesia de
Sant Miquel d'Engolasters y al interesante templo prerrománico de
Santa Coloma.
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