Grupos | Page 20 | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

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La Seu Vella está formada por un conjunto de edificaciones situadas estratégicamente en el Turó de Lleida, que domina la ciudad y toda la llanura de los alrededores. Se trata de una de las catedrales más importantes de Cataluña, que destaca especialmente por su obra escultórica y por el claustro, uno de los más grandes y espectaculares de Europa.

Como es habitual en este tipo de obras, La Seu Vella fue construida y ampliada durante siglos combinando diferentes estilos arquitectónicos. La primera catedral cristiana se comienza a construir en el año 1193 con el objetivo de atender a la población creciente de la ciudad. De esta construcción románica destacan actualmente las portaladas.

A finales del siglo XIII se introducen elementos del nuevo estilo gótico. Durante esta época se terminan las obras más importantes del templo y se construyen las capillas, el claustro, el campanario y la Puerta de los Apóstoles, trabajos que se alargan durante los siglos XIV y XV.

El claustro se encuentra justo delante de la fachada principal de la iglesia; una disposición inusual en las construcciones cristianas, que recuerda más el patio interior de las mezquitas árabes. Los capiteles ricamente ornamentados merecen una atención especial, así como las espléndidas vistas sobre la ciudad de Lleida que desde allí se tienen.

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Junto a la catedral de Vic, el Museo Episcopal es un referente en arte medieval catalán y expone obras maestras de pintura y escultura del románico y del gótico (entre los siglos XII y XV). El centro, con más de 29.000 piezas, está especializado en arte litúrgico.

El extenso fondo románico permite seguir con precisión la evolución iconográfica y estilística del románico catalán. Una de las piezas estrella del museo es el grupo escultórico del Descendimiento de Erill la Vall. Descubierto por la expedición hecha por el Instituto de Estudios Catalanes al Valle de Boí de 1907, esta obra del Maestro de Erill está considerada como uno de los conjuntos escultóricos más importantes del románico europeo del siglo XII.

Destaca también el Baldaquín de la iglesia parroquial de Ribes, una de las obras maestras que custodia el museo. Otras piezas a tener en cuenta son el frontal de altar de Sant Andreu de Sagàs, el frontal de Sant Pere de Ripoll o la Virgen de Santa Maria de Lluçà.

Además de su fondo de primer orden, el museo destaca también por un proyecto museológico moderno e innovador. Fue galardonado en 2001 con el Premio Nacional de Patrimonio Cultural por su contribución a la difusión del arte medieval catalán.

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La abadía benedictina de Sant Quirze se erige en el antiguo condado de Empúries. Aislada de la población, la edificación pervive dentro del Paraje Natural de Interés Nacional de la Albera. Después de un largo proceso de recuperación, Sant Quirze todavía transmite aquello que sus constructores le imprimieron en el siglo X, con una sólida arquitectura de piedra de estilo románico con influencias del Rosellón y decoración lombarda.

La iglesia del monasterio es la parte mejor conservada del conjunto arquitectónico. Su construcción es muy austera y la ornamentación, escasa. Sólo el ábside principal está decorado: un alto podio sostiene 5 pequeños arcos soportados por semicolumnas con capiteles lisos. Pero donde se ha de centrar la vista es en el ábside sur de la iglesia. Y es que durante la restauración de 2006, se descubrieron en él restos de pinturas murales. Aunque se encuentran en un estado alto de degradación, se distingue una mandorla, dos ángeles, el sol y la luna.

Del claustro se conserva poco, pero es de un gran valor ya que es una construcción muy primitiva (siglo X). Desde aquí se accede a una gran cámara que podía ser el refectorio o el dormitorio y el palacio del abad. El monasterio, fortificado en el siglo XIV, conserva una torre de defensa y restos de muralla.

Fuera del recinto del monasterio, está la iglesia parroquial de Santa Maria, del siglo XII, abierta a los pobladores de la zona.

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¿Es posible sentirse como un burgués de principios del siglo XX visitando un monasterio románico? Sant Benet de Bages demuestra cómo el patrimonio se adapta a nuevos usos con el tiempo. En este caso, pasa de monasterio medieval a residencia de verano de la familia de Ramon Casas y actualmente es un complejo turístico y cultural.

La primera iglesia (prerrománica) se consagraba el año 972 con una comunidad de doce monjes. Sin embargo, es a partir del siglo XII que la abadía vive su época de esplendor, con la construcción de una nueva iglesia y el claustro. Este último es la estrella románica del conjunto. Entre los pilares se abren arcos de medio punto que descansan sobre columnas dobles con capiteles esculpidos, todos ellos originales.

Fruto de la desamortización de Mendizábal, el monasterio se abandonó. Fue en 1907, que Elisa Carbó i Ferrer, madre del pintor Ramon Casas, compró los terrenos de Sant Benet y aprovechó las estancias de la comunidad monástica para habilitarlas como residencia. La rehabilitación fue a cargo de otro nombre ilustre: Josep Puig i Cadafalch. Destaca la terraza de mediodía de estilo modernista que ocupa parte de las antiguas celdas de los monjes.

Actualmente, gracias a las nuevas tecnologías, se puede realizar una inmersión en la historia monástica y el pasado modernista del edificio. Pero no sólo eso. El año 2007 se inauguró en torno al monasterio el complejo Món Sant Benet que, además de difundir el patrimonio, también trabaja para la gastronomía y el paisaje.

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Los templos de Sant Pere, Sant Miquel y Santa Maria, que originariamente configuraban la "catedral" paleocristiana de Ègara, responden a múltiples etapas constructivas que han dejado su huella en forma de variedad de estilos -desde el tardo-romano hasta el gótico- y disciplinas artísticas. Se trata, pues, de un conjunto monumental único en Cataluña.

La primera construcción es un conjunto paleocristiano que ejerce como sede del obispado de Ègara y del que aún hay vestigios en los templos de Santa Maria y Sant Miquel. El hecho de que haya tres iglesias se había interpretado históricamente como una "copia" del modelo bizantino de la antigüedad -dos iglesias y un baptisterio- pero después de las últimas excavaciones (2000-2007) los estudiosos creen que la iglesia de Sant Miquel no funcionaba como baptisterio, sino que tenía un uso funerario. Por tanto, nos encontramos ante una catedral paleocristiana, organizada como una ciudad en miniatura con varios templos y dependencias.

La segunda etapa constructiva debemos situarla en los siglos IX y X, tras la conquista cristiana del territorio dominado por los musulmanes. Por lo tanto, el estilo es prerrománico; de esta época quedan muchas muestras en las iglesias que, finalmente, se dieron por terminadas en una tercera y definitiva etapa, ya románica (s. XI-XII).

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El conjunto del Teatro-Museo con la Cúpula y la Torre Galatea (con su fachada decorada con maniquíes, huevos y panes) es el icono más emblemático del paisaje urbano de Figueres. El edificio se considera en sí mismo el objeto surrealista del mundo. Pero, a su vez, alberga en su interior muchas obras maestras de Dalí.

El Teatro-Museo, construido sobre los restos del antiguo teatro de Figueres, fue concebido y planificado por el propio Dalí como su gran proyecto personal. Su fondo de pintura permite realizar un recorrido artístico desde los inicios del pintor (La Venus que sonríe o Port Alguer). Pero el Museo recoge sobretodo la explosión del surrealismo con obras tan emblemáticas como Espectro del sex-appeal, Leda atómica, La cesta de pan o Galatea de las esferas.

También cabe destacar un conjunto de obras que Dalí creó pensadas para su Museo como la sala Mae West, la sala Palacio del Viento, el Cadillac lluvioso o la pintura Gala desnuda mirando el mar que a 18 metros aparece la figura del presidente Lincoln.

En 1988 se añade el espacio expositivo de la sala de las Loggias que muestra la obra tardía de Salvador Dalí, basada en la experimentación científica y en el estudio de clásicos de la pintura.

ElTeatro-Museo Dalí de Figueres forma, junto con el Castillo Gala Dalí de Púbol y la Casa-Museo Salvador Dalí de Portlligat, el triángulo daliniano ampurdanés que permite adentrarse en la vida y obra de uno de los pintores más internacionales que ha tenido Cataluña.

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El Museo Pau Casals es uno de los testimonios más significativos del legado de Pau Casals, uno de los músicos catalanes más universales, que revolucionó el mundo de la música por la innovación en la interpretación con violonchelo.

El edificio que ocupa es la Vil·la Casals, que en 1910 el músico hizo construir en el paseo marítimo de Sant Salvador, El Vendrell. Concebida inicialmente como una casa de veraneo, fue reformada siguiendo el estilo novecentista, con la Sala de la Música, el jardín y el mirador. Casals residió allí hasta 1939, cuando tuvo que exiliarse, y nunca más volvió.

En 1972, el músico y su esposa, Marta Montañez, crearon la Fundación Pau Casalspara preservar el patrimonio que tenían en la casa de Sant Salvador. Tras su muerte, se abrió al público la Sala del Sentimiento, la Sala de Conciertos y la del Vigatà y en 1976 se inauguró la casa como museo.

En el actual museo, inaugurado en 2001, el visitante puede admirar varias esculturas, pinturas, instrumentos musicales, fotografías, autógrafos, muebles y otros objetos personales del músico, además de participar en diversas actividades destinadas el impulso y la divulgación de la música.

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En medio de Montjuïc, en Barcelona, entre la sombra de los árboles, los volúmenes blancos de la Fundación Joan Miró no pasan desapercibidos. En su interior, se custodian más de 14.000 piezas del pintor surrealista, entre pinturas, esculturas, cerámicas y tapices. Uno de los valores más importantes de la Fundación es que conserva casi todos los dibujos preparatorios de Joan Miró, con más de 8.000 referencias, un material básico para entender la obra del artista.

El fondo se creó principalmente con una donación del propio Joan Miró y se amplió con donaciones de familiares, amigos y coleccionistas.

La colección de la Fundación permite realizar un viaje a través de la vida artística de Miró. Comenzando con las primeras pinturas con clara influencia del impresionismo, el fauvismo y el cubismo franceses (Ermita de Sant Joan d’Horta o Retrato de una niña). Pasando por la etapa plenamente surrealista (La botella de vino) y los conocidos collages (Homenaje a Prats). Y terminando con sus obras sobre la Guerra Civil (Hombre y mujer ante un montón de excrementos) y los cuadros de las constelaciones.

Pero el museo no sólo destaca por la obra que acoge sino también por sus planteamientos arquitectónicos y museológicos. Miró quería abrir una Fundación que mirara hacia el futuro, que no se convirtiera en un templo de objetos de coleccionista sino en un lugar de descubrimiento y debate. Y con este objetivo pidió al arquitecto Josep Lluís Sert que construyera un edificio con personalidad propia. El resultado es una arquitectura que es el mejor escaparate posible de la obra del artista.

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Antigua barraca de pescadores en Portlligat, donde en 1930 Salvador Dalí se instaló y vivió y trabajó hasta 1982. A partir de la construcción inicial, el pintor fue adquiriendo otras barracas similares y, a lo largo de cuarenta años, definió la que sería la casa actual, de la que hablaba como "una verdadera estructura biológica".

La construcción, ideada por Dalí y Gala, es una estructura laberíntica organizada alrededor del Salón de la Osa. A partir de este eje central se dispersa en una sucesión de pequeñas salas conectadas por pasillos, pequeños cambios de nivel y callejones sin salida. Las salas tienen ventanas de diferentes formas y dimensiones pero con un denominador común: enmarcan a la bahía de Portlligat, un paraje que es un tema constante en la obra de Dalí.

La casa, que el escritor Josep Pla califica como "sorprendente, extraordinaria y nunca vista" fue el refugio donde Dalí llevó "una vida de ascetismo y aislamiento" después de los años vividos en París.

En el año 1982, tras la muerte de Gala, Dalí no volvió a Portlligat. Con la muerte del pintor (1989), la casa se convirtió, a partir de 1994, en un pequeño recinto museístico adaptado por los arquitectos Oriol Clos i Costa y José Ramos Illán. Forma, junto con el Castillo Gala Dalí de Púbol y el Teatro-Museo Dalí de Figueres, el triángulo daliniano ampurdanés.

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Construida entre 1932 y 1936 en el distrito de Sant Andreu de Barcelona, la Casa Bloc es uno de los ejemplos paradigmáticos de la primera arquitectura racionalista en Cataluña. Es obra de Josep Lluís Sert (1902-1983), Josep Torres Clavé (1906-1939) y Joan Baptista Subirana (1904-1978), miembros del GATCPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea). Se trata de un colectivo que, junto con la Generalitat de Catalunya, impulsó la introducción de la arquitectura moderna en el país a principios de los años 30.

Durante la Segunda República, fue un proyecto social innovador, integrado en el entorno urbano y con viviendas funcionales concebidas como alojamientos estándar para obreros. Una 'nueva’ arquitectura que definía la morfología urbana moderna, propia del siglo XX, contrapuesta al Eixample del siglo XIX.

Actualmente se puede visitar la vivienda 1/11 de la Casa Bloc, reconvertida en un piso-museo y gestionado por el Museo del Diseño de Barcelona. La musealización ha devuelto la estructura y el aspecto originales a la vivienda, y los presenta tal como lo habían pensado sus creadores.