Jardín histórico | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

Jardín histórico

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¿Quieres sentirte cómo si pasearas por unos jardines ingleses, frondosos y aparentemente anárquicos? Esta es la sensación que ofrece el Parc Nou d’Olot, que abrió sus puertas en 1943, cuando la finca señorial se convirtió en parque municipal. Entre otras cosas, se puede visitar un pequeño robledal natural de roble carvallo que ha sido catalogada como arboleda monumental y tiene árboles de más de 150 años y 25 metros de altura.

Dentro del recinto del Parc Nou existen hoy una veintena de especies vegetales. Esta gran diversidad y la necesidad de preservar el robledal de roble carvallo llevaron a la creación del Jardín Botánico de Vegetación Natural Olotina en 1986. El conjunto permite observar la complejidad de la vida del bosque húmedo. En mayo de 2005 se abrió al público el jardín de plantas medicinales de la Garrotxa.

Dentro del parque se encuentra la Torre Castanys, conocida también como Casa Sureda, un edificio modernista que acoge un centro de información del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa y el Museu dels Volcans. Este último explica, a través de maquetas y tecnología interactiva, los fenómenos sísmicos y vulcanológicos tan importantes en la comarca, un simulador de terremotos único en Cataluña.
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En 1927, el coronel zarista exiliado Nicolai Woevodsky y su esposa Dorothy Webster, aristócrata inglesa aficionada a la decoración, buscaban un lugar paradisíaco en el Mediterráneo donde establecerse. Cerca de Calella de Palafrugell, sobre un acantilado de Cap Roig, construyeron un castillo que les ligaría a este sitio el resto de su vida (hasta pidieron ser enterrados allí). El edificio estaba rodeado por un idílico jardín botánico, considerado uno de los más importantes del Mediterráneo.

El propio Nicolai diseñó la mansión, de estilo neomedieval (imitando el monasterio de Poblet), que se empezó a construir en 1931 y se acabó en 1975. Popularmente se conoce como “Cal Rus”, por el origen de su propietario. Aun así, el matrimonio vivió siempre en la finca que da al acceso del jardín botánico. Éste es el principal legado de Dorothy Webster. Ella y un equipo de jardineros de la zona se encargaron de condicionar las 7 hectáreas de terreno para poder plantar diferentes especies. En 1935 eran más de 500 entre flora mediterránea, tropical y subtropical.

Cuando el matrimonio murió, la finca paso a la Fundación Caixa Girona y luego a la Obra Social “la Caixa”, que ha convertido el terreno en un parque de esculturas de artistas contemporáneos con obras de Jorge Oteiza, Jaume Plensa o Xavier Corberó. Cada verano estos jardines acogen un prestigioso ciclo de conciertos: el Festival Jardins de Cap Roig.
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Pasear por los jardines Artigas de la Pobla de Lillet te transporta inevitablemente el Park Güell de Barcelona. Y es que son obra de la misma mente: Antoni Gaudí.

En 1905, el arquitecto modernista, que se alojó unos días en casa del industrial textil Joan Artigas y Alart, le quiso agradecer la hospitalidad proyectando un jardín naturalista para un terreno que tenía al lado de la fábrica, a orillas del río Llobregat (la denominada Fuente de la Magnesia). Así es como trasladó -a pequeña escala- las bases del Park Güell, donde estaba trabajando en ese momento. En este caso, sin embargo, no es un jardín urbano. Por lo tanto, prescinde de los grandes espacios abiertos y de la cerámica colorista del quebradizo. Todo está realizado principalmente con piedra rocosa y mortero, aprovechando la vegetación de la zona. Es como si el parque se hubiera abierto paso entre la naturaleza.

A lo largo del recorrido el visitante se encontrará una cascada; una cueva artificial con arcos catenarios donde brota la Fuente de la Magnesia; fuentes; dos puentes de piedra; una plaza y, en el punto más alto, la Glorieta, que ejerce de mirador.

El universo gaudiniano está presente en el mínimo detalle del conjunto. Jardineras, barandillas, bancos... Todo imita las formas de una naturaleza caprichosa. Tampoco faltan las referencias cristianas: y es que las esculturas del águila, el león y el buey repartidas por el conjunto, sumadas a un ángel actualmente desaparecido, forman los símbolos de los cuatro evangelistas y estarían dispuestas en forma de cruz sobre el plano del jardín.
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El clima mediterráneo -largo verano seco, invierno suaves y lluvias en primavera y otoño- sólo se encuentra en un 5% de la superficie de la Tierra, comprendido en cinco regiones. Éstas están presentes en el Jardín Botánico de Barcelona, ​​inaugurado en 1999 y situado en la montaña de Montjuïc. En 14 hectáreas de suave desnivel ordenan colecciones botánicas de Australia, Chile, California, Sudáfrica y la cuenca mediterránea, incluidas las Islas Canarias.

El espacio está diseñado por los arquitectos Carles Ferrater y Josep Lluís Canosa, la arquitecta paisajista Bet Figueras, el biólogo Joan Pedrola y el horticultor Artur Bossy. Dentro de lo que parece un gran anfiteatro natural, las plantaciones siguen una ordenación geográfica, además de agruparse por afinidades ecológicas. Aprovecha el relieve del terreno para crear las áreas y los caminos, evitando excesivos movimientos de tierras.

Entre sus objetivos destaca la conservación, documentación y difusión del patrimonio natural de Cataluña. Por eso el jardín acoge también el edificio del Instituto Botánico de Barcelona, ​​que dispone de una importante biblioteca y uno de los herbarios más grandes de Cataluña.

Este jardín botánico convive en Montjuïc con el Jardín Botánico Histórico, inaugurado en 1941 en la zona de la Foixarda. Su situación facilitaba el desarrollo de especies de carácter eurosiberiano. En 1986 tuvo que cerrar porque se vio afectado por la construcción de los equipamientos olímpicos, aunque reabrió en 2003.
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En 1900, el empresario Eusebi Güell encargó a Antoni Gaudí la construcción en las afueras de Barcelona de una urbanización para familias acomodadas con sesenta viviendas unifamiliares. A pesar de la modernidad del proyecto, fue un fracaso comercial que obligó a sus promotores a paralizarlo en 1914. En la actualidad es uno de los parques públicos más importantes de Barcelona.

Gaudí experimentó con formas arquitectónicas estrechamente relacionadas con el paisaje y la naturaleza. La parcela escogida, casi sin vegetación, era pedregosa y con acusadas irregularidades en el terreno. Gaudí potenció estas particularidades con la creación de caminos sinuosos o el uso de materiales del lugar, como las propias piedras, para construir espacios cubiertos y porches soportados por columnas inclinadas.

Quizás la parte más espectacular del parque es la doble escalinata con una monumental fuente central en forma de dragón, toda ella cubierta de trencadís de colores (obra de Jujol). La doble escalera conduce a una amplia superficie cubierta que, proyectada como un gran mercado, se sustenta en 86 majestuosas columnas de estilo dórico. El techo está ornamentado por coloristas medallones. Por encima de este espacio se ubica una gran plaza, delimitada por un largo banco que dibuja una original trayectoria serpenteante.

En la casa que se construyó como muestra de las viviendas de la futura urbanización, denominada Torre Rosa en referencia a la Virgen del Rosario, Antoni Gaudí vivió desde 1906 hasta 1925.

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Por su gran número de plantas y su considerable extensión, el Jardín Botánico Marimurtra es la colección de planta viva más importante de Cataluña y una de las más destacadas de Europa. Cada año atrae a un buen número de visitantes, seducidos por un espacio de ocio y contemplación único a los pies del Mediterráneo

Ubicado en Blanes, este jardín histórico destaca por la abundancia de cactus y vegetación mediterránea, aunque también se puede ver una gran variedad de plantas provenientes de todo el mundo (cuenta con más de tres mil especies). Durante el recorrido, el visitante disfrutará de la gran riqueza botánica así como los bellos rincones de descanso, las fuentes de agua potable, el legado arquitectónico (la casa biblioteca Carl Faust y el templete de Linné) y los miradores con espectaculares vistas sobre el Mediterráneo.

El jardín fue creado por el industrial alemán Carl Faust en 1924. Completó su afición naturalista con la puesta en marcha de la Estación Internacional de Biología Mediterránea, pionera en el Estado.

Más allá de su gran interés paisajístico, actualmente la institución sigue el camino marcado por su fundador, haciendo una tarea activa en la conservación, la investigación y la divulgación en el campo de la botánica.

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En la orilla este del Lago de Banyoles, entre el paraje de Els Desmais y La Caseta de Fusta y siguiendo el paseo ajardinado, destacan unas construcciones singulares: las pesquerías.

La construcción de estas plataformas de pesca se inició en el siglo XIX y duró hasta 1931, cuando el Ayuntamiento prohibió edificar más. Originalmente eran sencillas y fueron sofisticándose con el paso del tiempo. De la forma funcional se pasó a grandes estructuras más anchas con capacidad para más barcas, símbolo de prestigio social y económico.

Como consecuencia del auge de la burguesía catalana y la práctica de deportes acuáticos, las pesqueras fueron objeto de reformas a lo largo de todo el siglo XX, tanto para aumentar la capacidad de almacenamiento, como para alojarse en ellas.

Actualmente sólo pueden verse desde el exterior ya que son de titularidad privada.

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La Devesa de Girona es el parque urbano más grande del Principado. Con más de 2.500 árboles centenarios, el principal pulmón de la ciudad es un recinto dedicado al recreo donde la naturaleza se manifiesta en todo su esplendor.

Largas hileras de plátanos llenan las 40 hectáreas del parque. Su distribución origina verdaderas avenidas y paseos vegetales en la confluencia de los ríos Ter, Güell y Onyar, al oeste del casco histórico de la ciudad. Los árboles de este oasis verde son híbridos de las especies americana y oriental, la mayoría plantados en 1850. La poca distancia entre ellos los ha hecho crecer en vertical, alcanzando los 55-60 metros de altura.

Varias avenidas organizan el conjunto, en el que con el paso de los años se han ido levantando construcciones de todo tipo. La entrada, de 1898, conserva una de las dos casetas gemelas que daban la bienvenida al visitante y en el Campo de Marte encontramos las instalaciones deportivas construidas en 1942. En el Parque de La Devesa también se ubican campos de tiro y de aeromodelismo, el campo municipal de fútbol Fèlix Farró, las instalaciones de la Sociedad Hípica de Girona, el recinto de Fira de Girona, el Auditorio y el Palacio de congresos.

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Situado en la ladera de Collserola, el Laberinto de Horta es un parque histórico de Barcelona y uno de los jardines más antiguos que perduran en la ciudad. Diseñado en 1791 por Joan Antoni Desvalls, está formado por 750 metros de cipreses recortados y se inspira en el mito de Teseo: quien consigue llegar al centro encuentra el amor como recompensa.

Desvalls, marqués de Llupià, de El Poal y de Alfarràs, fue un noble amante de la ciencia, la naturaleza y el arte, pasiones que conjugó en la construcción del Laberinto. Siguiendo las ideas del neoclasicismo y en colaboración con el arquitecto italiano Domenico Bagutti, ideó un jardín con un laberinto de cipreses, esculturas y relieves que representan personajes de la mitología grecorromana y que simbolizan los distintos niveles del amor.

Actualmente, el parque ocupa una superficie de 9 hectáreas y se divide en dos partes: el jardín neoclásico y el jardín romántico. Destacan la variedad botánica y la abundancia ornamental, así como los elementos arquitectónicos propios de los jardines románticos (templetes, canal de agua y esculturas, además del palacio de la familia Desvalls). Aunque no es el refugio de un Minotauro pone a prueba el sentido de la orientación de quien entra en él.

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Entre Cambrils y Montbrió del Camp encontramos una de las mejores muestras de jardinería romántica del Mediterráneo. El Parque Samà es una mezcla de jardín botánico y zoológico y bosque autóctono, que hoy en día sigue seduciendo a sus visitantes gracias a la belleza y la armonía del conjunto y a su delicado exotismo.

El promotor del parque fue Salvador Samà i Torrents, marqués de Marianao, perteneciente a una familia de indianos que se había establecido en Cuba y que quiso trasladar a la comarca de El Baix Camp el ambiente de la antigua colonia. El proyecto lo ejecutó Josep Fontserè i Mestre, autor de la gran cascada del parque de la Ciutadella de Barcelona.

En 1881 se inició la plantación del parque con largas hileras de plátanos, mandarinos, tilos , castaños de indias, nenúfares, palmeras y yuca, entre otras especies vegetales. Posteriormente, el parque acogió los animales del zoo privado del marqués, que se exhibían en varios habitáculos y jaulas. Igualmente importantes en la composición del parque son los elementos arquitectónicos: el palacio, el estanque y la cascada, el Pabellón de los Loros y la Torre del Ángulo son los que más destacan.