Símbolo de la ciudad, la Catedral de Girona es un edificio imponente, situado en el punto más elevado de la población y con una característica singular: su única nave es la segunda más grande del mundo (sólo superada por San Pedro del Vaticano). Pero el templo esconde muchas joyas más allá de sus dimensiones. En lo alto de una espectacular escalinata con 90 escalones hay un compendio de 5 siglos de historia.
Pies románicos, cuerpo gótico y cara barroca. Esta es la apariencia actual de la Catedral de Girona. La torre de Carlomagno, el claustro y la sacristía son lo único que queda de la primera construcción románica, de mediados del siglo XI. El claustro es uno de los más importantes de Cataluña gracias a su riqueza escultórica.
Entre los siglos XIV y XVIII se construye la iglesia, de grandes dimensiones, dedicada a Santa María. La primera piedra de la fachada de la catedral se coloca en 1606, pero no se acaba hasta entrado el siglo XX. La dilatación en el tiempo determina una estructura entre barroca y clasicista.
Adosado a la iglesia encontramos el Tesoro de la Catedral donde destacan dos piezas de gran valor artístico: el Tapiz de la Creación (uno de los escasos testimonios textiles románicos) y el Beato de Girona (una copia del siglo X del Comentario del Apocalipsis realizado por Beato de Liébana, con más de 100 miniaturas a página entera).
Con más de 300 obras, la Fundación Antoni Tàpies (Barcelona) cuenta con la colección más completa del artista catalán, que refleja todos los periodos creativos del pintor. Impulsada por el propio Antoni Tàpies, la Fundación es un museo y centro cultural que también trabaja para el estudio y la promoción del arte contemporáneo.
Entre pinturas, esculturas, dibujos, libros y grabados, la Fundación muestra todas las vertientes de la actividad artística de Tàpies. La colección incluye una selección de los dibujos y retratos de los años cuarenta (Cruz de papel de periódico), una muestra importante de las obras matéricas de los años cincuenta y sesenta (Forma negra sobre cuadrado gris) y una representación significativa de las obras objetuales de finales de los sesenta y principios de los setenta (Paja y madera).
El visitante descubrirá también las diferentes tipologías, técnicas y materiales empleados por Tàpies: obras realizadas con goma-espuma y spray, barnices y esculturas de tierra chamoteada y objetos y esculturas realizados con planchas metálicas o bronce.
La Fundación Antoni Tàpies se encuentra en un edificio modernista obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner. Esta construcción es singular ya que fue la primera del Eixample al combinar la utilización del ladrillo visto con hierro en el tejido urbano. Actualmente el edificio está coronado por la escultura Nube y silla del mismo Tàpies, obra que se ha convertido en todo un símbolo de la Fundación.
El Museo de Ciencias Naturales de Barcelona se encuentra en el Parc del Fòrum. El edificio, construido por Herzog y De Meuron en 2004, ocupa 9.000 metros cuadrados y es considerado, a nivel arquitectónico, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
En el vestíbulo encontramos la pieza más emblemática del museo, el esqueleto de una ballena que se encontró en 1862 en la playa de Llançà y que, por votación popular, se ha llamado Brava.
El discurso de la exposición permanente es la interpretación de la Tierra actual como resultado de la interacción entre el ambiente químico y físico del planeta y los seres vivos. Todo esto se muestra de forma didáctica y a a través de pantallas táctiles y vitrinas con los fondos de colecciones del museo -fósiles, animales naturalizados, plantas, algas, minerales y rocas- al que se incorporan también ámbitos dedicados a los hongos y al mundo microscópico (con reproducciones de virus y microbios). Se exponen 4.500 de las más de 4 millones de piezas del museo.
El Museo de Ciencias Naturales de Barcelona es una institución con más de 140 años de historia y parte del legado de las colecciones del naturalista Francesc Martorell i Peña. Además del edificio del Fòrum, dispone de otros espacios en la ciudad: el Jardín Botánico de Barcelona y el Jardín Botánico Histórico, situados en Montjuïc, y el Centro Martorell de Exposiciones y el Castell dels Tres Dragons, en el parque de la Ciutadella.
El Born Centro Cultural de Barcelona es un equipamiento de referencia en Europa: es a la vez un espacio histórico, el núcleo de la memoria colectiva catalana y un moderno centro cultural.
< p>Como espacio histórico, el antiguo mercado de El Born (1876) es el primer gran edificio de la arquitectura del hierro en la ciudad y muestra su destacado papel como metrópoli europea durante el siglo XIX.
En cuanto a la memoria histórica, en el subsuelo del mercado se conserva un yacimiento arqueológico excepcional, tanto por su estado de conservación como por sus dimensiones. Contemplando los restos de las 42 calles y las 60 viviendas que formaban parte del barrio de la Ribera se puede recorrer la historia de Barcelona y Cataluña, desde la época romana hasta principios del XVIII.
Las piedras nos hablan del desenlace de la Guerra de Sucesión para la ciudad, que resistió al asedio de las tropas de Felipe V hasta la capitulación del 11 de septiembre de 1714. Como consecuencia, el centro de El Born fue destruido para construir la fortaleza militar de la Ciutadella.
Después de años de tareas de excavación, restauración y musealización, actualmente este emplazamiento se ha convertido en un centro cultural. Inaugurado en 2014, actúa como centro de interpretación de la Guerra de Sucesión y también cuenta con una programación que incluye actividades literarias, teatrales y musicales.
El MNAC se encuentra ubicado en el Palacio Nacional de Montjuïc, construido para la Exposición Internacional de 1929. En 1934 abrió las puertas reuniendo la colección medieval, que poco a poco se fue ampliando con otros periodos. Entre las obras más emblemáticas destacan las magníficas pinturas del ábside de Sant Climent y Santa Maria de Taüll.
Otras piezas de primer orden son las pinturas murales de Santa Maria d’Àneu y Sant Quirze de Pedret, la Majestat Batlló o el Frontal de altar de Avià, pertenecientes al arte románico. Del periodo gótico destacan obras maestras de los pintores Jaume Huguet, Lluís Dalmau, Bernat Martorell y Lluís Borrassà, entre otros.
El arte moderno también tiene un lugar destacado y más desde el año 2014, cuando se renovaron las colecciones, las salas y la museografía de esta cronología. La vicaría, de Marià Fortuny, es una de las obras estrella, seguida de piezas de los artistas más representativos del Modernismo, como Gaudí o Casas, y de los de las vanguardias, como Picasso o Miró.
Grandes pintores europeos del Renacimiento y el Barroco como, por ejemplo, Tiziano o Velázquez, y la colección de fotografía completan el fondo.
Arte contemporáneo en Barcelona es MACBA. El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona se levanta en pleno barrio de El Raval de la capital catalana en un edificio de Richard Meier que es en sí mismo una obra de arte. Se encuentra muy cerca del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), una zona de referencia para los amantes del arte y la cultura del siglo XX y XXI.
El MACBA, que nació en 1995, se ha consolidado internacionalmente como un modelo en arte contemporáneo. Su colección, de 5.500 obras, permite trazar un recorrido por los principales referentes artísticos de la actualidad. Empieza con la abstracción matérica de los años cincuenta, incorporando obras de arte pop europeo y de las vanguardias de los años 60 y 70. También dispone de obras relacionadas con la figuración fotográfica y la escultura minimalista.
Entre las piezas más destacadas se pueden ver: Dins el roig, de Albert Ràfols-Casamada; Between the Frames: The Forum, de Antoni Muntadas; La saison diciembre pluies II, de Miquel Barceló; Rinzen, de Antoni Tàpies; Beschwingte Bindung, de Paul Klee; Thames Circles, de Richard Long, o Atomic Kiss, de Joan Rabascall, entre otros.
Esta casa del centro de Moià es un edificio señorial del siglo XVII con un notable valor arquitectónico y artístico. Pero si hay algo que la hace especial es que alrededor del 1660 nació Rafael Casanova, protagonista de la defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
Casanova era hijo de una familia acomodada de Moià dedicada al comercio del grano y la lana. Su situación acomodada se puede ver en las características de la casa, sobre todo en su interior, ricamente decorado. Formada por una planta baja, un piso y una buhardilla, con jardín posterior y sótano, destaca la fachada principal, esgrafiada.
Actualmente, la casa acoge una exposición que muestra las claves del conflicto de 1714: desde el estallido de una guerra internacional para determinar el sucesor a la corona española tras la muerte de Carlos II sin descendencia, hasta la caída de la ciudad de Barcelona a manos de las tropas borbónicas, mientras Rafael Casanova era responsable de la defensa de la ciudad como consejero y comandante de la Coronela.
Sobre el Puig de Sant Andreu en el Baix Empordà, la ciudad ibérica de Ullastret es el asentamiento íbero más grande descubierto hasta ahora en Cataluña. La ciudad, flanqueada por imponentes murallas, ejercía como capital de todo el territorio indiketa, y explotaba agricultura, ganadería, minas y canteras. Era el centro de un importante intercambio comercial con la ciudad griega de Empúries, donde exportaba sus productos e importaba producción exterior. Ullastret domina el paisaje suave del Empordà y ha sido testigo de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años: las cabezas cortadas de Ullastret.
Este descubrimiento excepcional se hizo en 2012, cuando las excavaciones en un tramo de calle pusieron al descubierto 15 fragmentos craneales humanos, entre los que había dos cabezas enclavadas. Se trata de una práctica ritual de origen celta que ya habían descrito autores clásicos como Posidonio de Apamea o Diodoro de Sicilia, que consiste en exhibir la cabeza del enemigo vencido como un trofeo de guerra.
A pesar de que el conjunto de Ullastret está formado por dos poblados ibéricos, sólo son visitables los restos del Puig de Sant Andreu, que corresponden a la última etapa de ocupación del poblado por parte los indiketas (siglo III a.C.). El itinerario permite ver la muralla ibérica más grande y antigua de Cataluña, reforzada con seis torres circulares.
El visitante puede entrar en las casas rectangulares desde las más modestas hasta las construcciones de las familias más importantes (la aristocracia íbera); puede caminar por la calle empedrada y descubrir el sistema de recogida de agua mediante cisternas excavadas en la roca, a imagen de las existentes en la colonia griega de Empúries. La vida espiritual de los antiguos habitantes de Ullastret ha dejado su huella con los restos de tres templos, de los siglos IV y III a.C. Completa el conjunto el Museo monográfico de Ullastret, que permite interpretar el yacimiento y conocer la cultura ibérica en la zona nordeste de Cataluña. El conjunto de Ullastret es una de las sedes del Museo de Arqueología de Cataluña.
El Museo de Arte de Girona, fundado en 1976, no podía haber escogido mejor escenario que el Palacio Episcopal, de los siglos XII y XVI, para acoger su fondo. Y es que este museo tiene la tercera colección de arte románico y gótico más importante de Cataluña. La joya de la corona es el ara portátil del Monasterio de Sant Pere de Rodes, de piedra y madera cubierta de plata.
También destaca en la colección medieval la viga románica policromada procedente del Monasterio de Sant Miquel de Cruïlles, una de las pocas que se conservan en Europa. O la Virgen de Besalú, considerada uno de los mejores ejemplos góticos de su género. Nombres como Bernat Martorell y Lluís Borrassà también tienen presencia en la colección.
Pero el fondo artístico del Museo de Arte de Girona va más allá de la Edad Media. Está formado por 8.500 objetos que engloban desde las colonias griegas hasta el siglo XX. Precisamente este último período tiene también una presencia destacada en el museo con obras de Joaquim Vayreda, Santiago Rusiñol o Ramon Martí Alsina.
El Monasterio de Sant Pere de Galligants, del siglo XII, es uno de los monumentos románicos más significativos de Girona. Se encuentra ubicado en la trama urbana de la ciudad, un hecho poco habitual si tenemos en cuenta que la mayoría de monasterios están en lugares aislados. Pero esta abadía benedictina también es singular por su cabecera y el campanario.
Y es que la cabecera de Sant Pere presenta una complicada forma asimétrica: está formada por un ábside principal con dos absidiolos a un lado y uno en el otro, mientras que en el extremo del brazo del crucero hay un ábside lateral más, esto hace pensar en el reaprovechamiento de elementos de un templo anterior. En este espacio encontramos también el campanario de ocho caras, perfectamente simétrico y con decoración lombarda.
Lo más destacado es la escultura que encontramos en los capiteles de la nave principal y, sobre todo, los de la cabecera. Estos son los que han dado fama a Sant Pere de Galligants; y los que más controversias han generado... Y es que algunos historiadores apuestan decididamente por la mano del maestro de Cabestany y de su taller; otros, sin embargo, creen que son influencia de la Escuela de Tolosa.
Desde 1857, Sant Pere de Galligants actúa como museo de arqueología y bellas artes, uno de los más antiguos de Cataluña. Actualmente es la sede de Girona del Museo de Arqueología de Cataluña y reúne los materiales arqueológicos hallados en las excavaciones de diversos yacimientos de las comarcas de Girona, desde la prehistoria hasta la edad media.