Arte contemporáneo en Barcelona es MACBA. El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona se levanta en pleno barrio de El Raval de la capital catalana en un edificio de Richard Meier que es en sí mismo una obra de arte. Se encuentra muy cerca del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), una zona de referencia para los amantes del arte y la cultura del siglo XX y XXI.
El MACBA, que nació en 1995, se ha consolidado internacionalmente como un modelo en arte contemporáneo. Su colección, de 5.500 obras, permite trazar un recorrido por los principales referentes artísticos de la actualidad. Empieza con la abstracción matérica de los años cincuenta, incorporando obras de arte pop europeo y de las vanguardias de los años 60 y 70. También dispone de obras relacionadas con la figuración fotográfica y la escultura minimalista.
Entre las piezas más destacadas se pueden ver: Dins el roig, de Albert Ràfols-Casamada; Between the Frames: The Forum, de Antoni Muntadas; La saison diciembre pluies II, de Miquel Barceló; Rinzen, de Antoni Tàpies; Beschwingte Bindung, de Paul Klee; Thames Circles, de Richard Long, o Atomic Kiss, de Joan Rabascall, entre otros.
Esta casa del centro de Moià es un edificio señorial del siglo XVII con un notable valor arquitectónico y artístico. Pero si hay algo que la hace especial es que alrededor del 1660 nació Rafael Casanova, protagonista de la defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
Casanova era hijo de una familia acomodada de Moià dedicada al comercio del grano y la lana. Su situación acomodada se puede ver en las características de la casa, sobre todo en su interior, ricamente decorado. Formada por una planta baja, un piso y una buhardilla, con jardín posterior y sótano, destaca la fachada principal, esgrafiada.
Actualmente, la casa acoge una exposición que muestra las claves del conflicto de 1714: desde el estallido de una guerra internacional para determinar el sucesor a la corona española tras la muerte de Carlos II sin descendencia, hasta la caída de la ciudad de Barcelona a manos de las tropas borbónicas, mientras Rafael Casanova era responsable de la defensa de la ciudad como consejero y comandante de la Coronela.
Sobre el Puig de Sant Andreu en el Baix Empordà, la ciudad ibérica de Ullastret es el asentamiento íbero más grande descubierto hasta ahora en Cataluña. La ciudad, flanqueada por imponentes murallas, ejercía como capital de todo el territorio indiketa, y explotaba agricultura, ganadería, minas y canteras. Era el centro de un importante intercambio comercial con la ciudad griega de Empúries, donde exportaba sus productos e importaba producción exterior. Ullastret domina el paisaje suave del Empordà y ha sido testigo de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años: las cabezas cortadas de Ullastret.
Este descubrimiento excepcional se hizo en 2012, cuando las excavaciones en un tramo de calle pusieron al descubierto 15 fragmentos craneales humanos, entre los que había dos cabezas enclavadas. Se trata de una práctica ritual de origen celta que ya habían descrito autores clásicos como Posidonio de Apamea o Diodoro de Sicilia, que consiste en exhibir la cabeza del enemigo vencido como un trofeo de guerra.
A pesar de que el conjunto de Ullastret está formado por dos poblados ibéricos, sólo son visitables los restos del Puig de Sant Andreu, que corresponden a la última etapa de ocupación del poblado por parte los indiketas (siglo III a.C.). El itinerario permite ver la muralla ibérica más grande y antigua de Cataluña, reforzada con seis torres circulares.
El visitante puede entrar en las casas rectangulares desde las más modestas hasta las construcciones de las familias más importantes (la aristocracia íbera); puede caminar por la calle empedrada y descubrir el sistema de recogida de agua mediante cisternas excavadas en la roca, a imagen de las existentes en la colonia griega de Empúries. La vida espiritual de los antiguos habitantes de Ullastret ha dejado su huella con los restos de tres templos, de los siglos IV y III a.C. Completa el conjunto el Museo monográfico de Ullastret, que permite interpretar el yacimiento y conocer la cultura ibérica en la zona nordeste de Cataluña. El conjunto de Ullastret es una de las sedes del Museo de Arqueología de Cataluña.
El Museo de Arte de Girona, fundado en 1976, no podía haber escogido mejor escenario que el Palacio Episcopal, de los siglos XII y XVI, para acoger su fondo. Y es que este museo tiene la tercera colección de arte románico y gótico más importante de Cataluña. La joya de la corona es el ara portátil del Monasterio de Sant Pere de Rodes, de piedra y madera cubierta de plata.
También destaca en la colección medieval la viga románica policromada procedente del Monasterio de Sant Miquel de Cruïlles, una de las pocas que se conservan en Europa. O la Virgen de Besalú, considerada uno de los mejores ejemplos góticos de su género. Nombres como Bernat Martorell y Lluís Borrassà también tienen presencia en la colección.
Pero el fondo artístico del Museo de Arte de Girona va más allá de la Edad Media. Está formado por 8.500 objetos que engloban desde las colonias griegas hasta el siglo XX. Precisamente este último período tiene también una presencia destacada en el museo con obras de Joaquim Vayreda, Santiago Rusiñol o Ramon Martí Alsina.
El Monasterio de Sant Pere de Galligants, del siglo XII, es uno de los monumentos románicos más significativos de Girona. Se encuentra ubicado en la trama urbana de la ciudad, un hecho poco habitual si tenemos en cuenta que la mayoría de monasterios están en lugares aislados. Pero esta abadía benedictina también es singular por su cabecera y el campanario.
Y es que la cabecera de Sant Pere presenta una complicada forma asimétrica: está formada por un ábside principal con dos absidiolos a un lado y uno en el otro, mientras que en el extremo del brazo del crucero hay un ábside lateral más, esto hace pensar en el reaprovechamiento de elementos de un templo anterior. En este espacio encontramos también el campanario de ocho caras, perfectamente simétrico y con decoración lombarda.
Lo más destacado es la escultura que encontramos en los capiteles de la nave principal y, sobre todo, los de la cabecera. Estos son los que han dado fama a Sant Pere de Galligants; y los que más controversias han generado... Y es que algunos historiadores apuestan decididamente por la mano del maestro de Cabestany y de su taller; otros, sin embargo, creen que son influencia de la Escuela de Tolosa.
Desde 1857, Sant Pere de Galligants actúa como museo de arqueología y bellas artes, uno de los más antiguos de Cataluña. Actualmente es la sede de Girona del Museo de Arqueología de Cataluña y reúne los materiales arqueológicos hallados en las excavaciones de diversos yacimientos de las comarcas de Girona, desde la prehistoria hasta la edad media.
Empúries es el único yacimiento arqueológico de la Península Ibérica donde conviven los restos de una ciudad griega Emporion con las de una ciudad romana, Emporiae. Es también la puerta de entrada de la cultura clásica: 10 siglos de historia que transformaron para siempre los antiguos pueblos íberos que habitaban allí.
El primer establecimiento de los griegos fue en el siglo VI a.C. en una pequeña isla frente a la costa del golfo de Roses (Palaia Polis, ciudad antigua), aunque luego se desplazaron a tierra firme para fundar lo que se conoce como la Neápolis, ciudad nueva. En el año 218 a.C., el puerto emporitano sirvió de punto de entrada a la Península para las tropas romanas en su lucha contra el ejército cartaginés. Entre los siglos VI a.C. y V d.C., Empúries ha sido puerto, enclave comercial, colonia occidental de Grecia, primer campamento romano de la Península, próspera ciudad romana...
Las ruinas griegas actuales pertenecen a la ciudad de época helenística. Durante la visita encontraremos los recintos de Asclepio y Serapis, la pequeña industria donde se elaboraban conservas y salsas de pescado, el Ágora o plaza pública y los restos de pavimento de una sala de banquetes con una inscripción en griego.
De época romana destaca la Domus 1 con los mosaicos que decoraban el suelo, la Insula 30 (zona ocupada por las termas públicas de la ciudad), el Foro, los restos de la Basílica y la Curia y las tabernae o tiendas.
A medio camino del itinerario se puede visitar el museo monográfico de las excavaciones de Empúries que custodia la excepcional escultura original de Asclepio hallada en el yacimiento.
Se trata pues de un espacio privilegiado para entender la evolución del urbanismo griego y romano y un punto de inflexión en la historia de la Península Ibérica. Actualmente es una de las sedes del Museo de Arqueología de Cataluña.
Consagrado a la cultura del objeto, el Museo del Diseño de Barcelona ofrece al visitante unas colecciones únicas y de eco internacional formadas por más de 70.000 piezas que abarcan, cronológicamente, desde el siglo IV a.C. hasta la actualidad. El objeto y lo que significa para la sociedad es el denominador común de todas las colecciones: desde su concepción, creación y producción hasta su uso según la época.
Contemplar muchas de las piezas del museo es volver al entorno cotidiano: la motocicleta Impala de Montesa, el cartel de la inauguración del Camp Nou o el Cobi olímpico, entre muchos otros, son objetos que apelan directamente a la memoria sentimental del espectador.
El vasto patrimonio de este museo está formado por la integración de las colecciones del Museo de las Artes Decorativas, el Museo de Cerámica, el Museo Textil y de Indumentaria y el Gabinete de las Artes Gráficas.
Pero si el contenido es excepcional, el continente del Museo del Diseño no se queda atrás: el edificio, diseñado por el equipo MBM arquitectos y conocido popularmente como la grapadora, es ya un nuevo icono de la arquitectura contemporánea de la ciudad.
Como consecuencia de las desamortizaciones del siglo XIX, buena parte del patrimonio artístico de la Iglesia se dispersó o privatizó. Durante la Renaixença catalana se intentó recuperar y proteger todo este legado con iniciativas como el Museo de Lleida Diocesano y Comarcal, fundado en 1893 siguiendo el ejemplo del Museo Episcopal de Vic. Actualmente gestiona un importante legado artístico proveniente de las Terres de Ponent y de la antigua Diócesis de Lleida, que cubre desde la prehistoria hasta la edad moderna.
En 2007 se inaugura la nueva sede que plantea criterios de musealización modernos. Durante la visita al museo es necesaria una parada obligatoria ante algunas piezas destacadas. Entre ellas, una cabeza de sátiro romano, frontales de altar del siglo XIII y fragmentos escultóricos románicos y retablos góticos de la Seu Vella. Del Renacimiento y Barroco encontramos obras del pintor Pere Nunyes, esculturas de Gabriel Joly y Damià Forment y varias obras del pintor Antoni Viladomat.
De toda la colección permanente destacan dos piezas únicas: el juego de ajedrez del siglo X-XI de Sant Pere de Àger y la Virgen de Bellpuig de Les Avellanes, una de las obras góticas más importantes del patrimonio catalán.
El MHC es un museo pensado para estimular el interés sobre la evolución de la cultura catalana. En el Palau de Mar, uno de los pocos edificios que se conservan del antiguo puerto industrial de Barcelona, los visitantes siguen una narración sugerente que se distribuye en ocho etapas, que van desde la prehistoria hasta la actualidad bajo un punto de vista social, económico, político y cultural.
Durante el recorrido se encuentran con objetos y documentos, recreaciones históricas y ambientaciones, audiovisuales e interactivos, que acercan de forma lúdica la historia de esta nación.
Incluso tendrán la oportunidad de subir en el caballo de un señor de la guerra de la Edad Media o esconderse en una trinchera de la Guerra Civil.
El patrimonio musical de Barcelona y Cataluña es inmenso. Y una de las instituciones que más ha contribuido a su conservación, estudio y difusión es el Museo de la Música de Barcelona. Ubicado en la segunda planta de L’Auditori, custodia una colección de 2.000 instrumentos musicales de todo el mundo y de 10.000 documentos sonoros, que han llegado a partir de legados y donaciones. Está considerado como uno de los fondos musicales más importantes de España.
La exposición permanente invita al visitante a vivir el mundo de la música y a entender que los instrumentos son documentos vivos de nuestro pasado, llenos de sentido y de información sobre nuestro patrimonio musical. Durante el recorrido se muestran más de 500 piezas, explicadas a través de recursos audiovisuales, sonoros y textuales.
El itinerario por la exposición permite conocer los instrumentos a partir de la historia de la música: de las antiguas civilizaciones, se avanza por el nacimiento y la difusión de la polifonía, el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo hasta llegar a los nuevos colores y la industria del sonido en el siglo XIX y los nuevos estilos y las nuevas tecnologías del siglo XX.
Los instrumentos de cuerda son los que tienen más representación en el museo y destacan la colección de guitarras y la de instrumentos de teclado. También merecen especial atención los instrumentos de viento, que reflejan su importante tradición constructora catalana y su uso en culturas sudamericanas y asiáticas.