Público general | Page 36 | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña.

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Este edificio medieval es el regalo de Dalí a Gala, su esposa y musa. La casa-museo Castillo Gala Dalí de Púbol, abierta al público desde 1996, resume muy bien la relación establecida entre los dos amantes y, a la vez, permite descubrir el talento creativo del artista en todo tipo de detalles decorativos.

En 1969 Salvador Dalí adquiere el castillo de la baronía de Púbol, una fortificación del siglo XIV-XV muy deteriorada, pero con un aspecto misterioso y romántico que le cautivó. El propio artista se encargó personalmente de la decoración interior, creando representaciones pictóricas en los muros y techos y falsas arquitecturas. Dotó las estancias de antigüedades, barroquismo textil y simbología romántica, generando un ambiente sobrio y delicado, pensado para el refugio de su esposa.

Todo el edificio rinde culto a Gala, casi como si se tratara de una señora feudal. Incluso la pareja acordó que Dalí no la visitaría si no era con una invitación de ella por escrito.

En los años ochenta, el castillo se transformó en el último taller de Salvador Dalí. Actualmente se pueden ver las pinturas y dibujos que Dalí regaló a Gala, esculturas de elefantes de patas largas en el jardín y una colección de vestidos de alta costura. Sin duda, uno de los elementos más significativos es el mausoleo del sótano, diseñado por el pintor, donde fue enterrada Gala, la dama del castillo.

El Castillo Gala Dalí de Púbol forma, junto con la Casa Salvador Dalí de Portlligat y el Teatro-Museo Dalí de Figueres, el triángulo daliniano ampurdanés.
 
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"Todo lo que sé lo he aprendido en Horta", afirmó un ya consolidado Pablo Picasso sobre su vinculación con el municipio de la Terra Alta. Unos lazos afectivos y artísticos que se ponen de manifiesto en el Centro Picasso desde 1992.

Con sede en el Antiguo Hospital de Horta de Sant Joan, un edificio renacentista del siglo XVI, esta entidad privada expone de forma permanente reproducciones facsímiles de todas las obras realizadas por el pintor malagueño en sus dos estancias en el pueblo, en 1989 (invitado por su amigo Manuel Pallarès para reponerse de una enfermedad) y el verano de 1909 (acompañado de su pareja Fernande Olivier). También se muestran obras evocadoras de Horta realizadas en Barcelona o París. De esta manera, el Centro permite ver juntas creaciones de dos etapas (los inicios y el cubismo) que actualmente están repartidas en museos y colecciones de todo el mundo.

La muestra se complementa con objetos, fotografías y testimonios que ilustran el paso de Picasso por el pueblo, como la mesita y las sillas del bar donde Picasso y Fernande jugaban al dominó, conversaban y bebían Anís del Mono, o el caballete de pintura que el artista utilizaba desde su paso por la Lonja de Barcelona.
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Desde las primeras excavaciones en el siglo XIX, se ha puesto de manifiesto el importante patrimonio arqueológico del Pla de l'Estany. Y es que aquí se concentran algunos de los yacimientos de referencia de Cataluña. Los resultados de estas intervenciones realizadas en la comarca se encuentran recogidos en el Museo Arqueológico Comarcal de Banyoles. No es de extrañar, por tanto, que este equipamiento cuente con una de las colecciones de paleontología y arqueología más importantes de Cataluña.

El museo se inaugura oficialmente en 1943 y ocupa desde entonces el palacio gótico de la Pia Almoina. De 2000 a 2009 se ha reformado la museografía adaptándola a criterios modernos. Actualmente el Museo Arqueológico Comarcal de Banyoles dispone de tres salas para la exposición permanente (la sala de Paleontología, la de Prehistoria y la de Historia) que permiten hacer un recorrido desde el Terciario superior hasta el siglo XVIII dC.

En la sala de Paleontología destacan restos fósiles de grandes animales del Terciario y el Cuaternario, como el cráneo de un tigre con dientes de sable del yacimiento de Incarcal. La sala de Prehistoria dedica una atención especial a la mandíbula neandertaliana de Banyoles encontrada en 1887 en el Pla de la Formiga y muestra también varias piezas del poblado neolítico de La Draga y de las Cuevas de Serinyà.

Por su parte, la sala de Historia explica cómo era el Pla del Llac a través de los hallazgos hechos principalmente en el poblado ibérico de Mas Castell de Porqueres y la villa romana de Vilauba. Para la etapa medieval-moderna se centra, sobre todo, en el barrio viejo de Banyoles.
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El antiguo depósito de locomotoras de vapor de Vilanova i la Geltrú acoge desde 1990 una de las colecciones ferroviarias más importantes de Europa. Más de 60 vehículos de todas las épocas, tecnologías y países, incluidas 28 locomotoras de vapor de finales del siglo XIX, conforman la parte principal de la exposición del Museo del Ferrocarril de Cataluña.

A través de su colección se puede seguir como ha sido la historia del ferrocarril en España, empezando por una réplica del primer tren que circuló en la Península, la Mataró. Se puede ver también la locomotora original más antigua conservada en el Estado, el último vehículo de vapor o el primer Talgo. Complementan el recorrido objetos ferroviarios que explican cómo eran las estaciones o como se controlaba el tráfico ferroviario. Entre otros elementos, encontramos una mesa de enclaves y un puente de señales originarios de la Estación de Francia de Barcelona.

Además del aspecto técnico e histórico, el museo invita a conocer la vertiente social y emocional del mundo del tren. Por eso está concebido como un espacio de experiencias. Y es que los visitantes pueden entrar en las locomotoras, recorrer los trenes de viajeros e incluso ver proyecciones audiovisuales dentro de un vagón de mercancías.

La importante labor de conservación y divulgación del museo se pone de manifiesto en su centro de documentación, con más de 10.000 fotografías, 5.000 registros bibliográficos y 400 vídeos.
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Hablar de vino en el Penedés es hablar de la identidad de toda una comarca. Esta simbiosis entre historia, cultura y territorio la refleja el Museo de las Culturas del Vino de Cataluña (VINSEUM) de Vilafranca del Penedés, el primer museo del vino de España.

VINSEUM nació en 2007 como un espacio para que los visitantes experimenten la cultura del vino. Es la evolución conceptual del Museo de Vilafranca - Museo del Vino, que se fundó en 1935 para ubicar diferentes colecciones relacionadas con el Penedés. Actualmente este fondo supera ya las 17.000 piezas que abarcan materias como la arqueología, el arte (con una importante colección de cerámica), la etnología o la historia natural.

Pero lo que ha convertido el museo en referente es el fondo relacionado con la viticultura: herramientas del campo, ánforas, botijos de cerámica, copas de estaño y de plata, ejemplares de cristalería de Bohemia, etc. Destacan los dioramas del vino que narran la historia de la viticultura. Así, se pueden ver escenas de bodegas de Egipto y Roma o del Monasterio de Poblet. Además de los objetos, VINSEUM también cuenta con un importante fondo documental sobre la viña y el vino.

El recorrido por la exposición permanente se inicia en la tercera planta del edificio principal, un antiguo palacio de los Reyes de la Corona de Aragón (siglo XII-XIII). Una cuidada y moderna museografía adentra al visitante en un recorrido inmersivo por las diversas colecciones. Incluso cuenta con un módulo multisensorial llamado "La Mirada Táctil". La visita termina en el espacio de la Taberna del Museo, donde se puede degustar vino o cava.
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En el piso superior del edificio de la Llotja de Mar de Barcelona, ​​encontramos una de las instituciones clave en la vida cultural de Cataluña en el siglo XIX y principios del XX. Es la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona, ​​creada en 1850 para velar por el patrimonio catalán y fomentar la enseñanza de las bellas artes a través de la Escuela de la Llotja. Ahora, desligada de su tarea educativa, está centrada en la difusión de su fondo artístico, bibliográfico y archivístico.

Su colección de arte está formada por más de 700 pinturas, 250 esculturas y varios dibujos y grabados de artistas desde el siglo XVI hasta el siglo XX: desde Annibale Carracci o Juan Ribalta hasta Modest Cuixart o Josep Maria Subirachs. Son destacables las colecciones de dibujos de Pablo Milá i Fontanals y de Lluís Rigalt. Aún así, el Museo de la Academia es un referente, sobre todo, en arte catalán de los siglos XVIII-XIX, con pinturas de Mariano Fortuny y Ramón Martí Alsina, entre otros.

Muchas de las obras proceden de la Escuela de la Llotja. Otras de conventos e iglesias, de donaciones o de compras. La parte principal de la colección se puede ver en el edificio de la Llotja de Mar, ocupando las diferentes salas de la Academia, que mantienen su apariencia original. Sin embargo, algunas de sus piezas más destacadas se encuentran en depósito en el MNAC y otros museos.

La Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge también tiene una importante biblioteca y un archivo que reúne diversos fondos documentales relacionados con las bellas artes y también la fotografía.
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El Ecomuseo de los Valles de Àneu es un museo vivo. No se enmarca en un solo edificio sino que está formado por varios elementos monumentales, naturales y etnográficos repartidos por los municipios de Àneu que, en conjunto, explican cómo han vivido los habitantes de estos valles pirenaicos desde finales del siglo XIX. Un proyecto innovador que nace en 1994 y que trabaja en la investigación, conservación, difusión y restitución de la realidad del territorio donde se inscribe.

El centro neurálgico es la Casa Gassia, una típica casa aneuense del siglo XVIII. Mantiene su estructura original y el actual espacio expositivo muestra cómo era la vida doméstica durante la primera mitad del siglo XX. A partir de aquí, el Ecomuseo se extiende por 10 centros patrimoniales más.

Encontramos iglesias - Sant Joan d’Isil, Sant Julià d’Unarre, Sant Pere de Sorpe, Sant Pere del Burgal, Santa Maria d’Àneu y el Conjunto Monumental de Son - que explican cómo era la religiosidad popular, las creencias y los rituales. Y también edificios defensivos tan distantes en el tiempo como el castillo medieval de València d'Àneu y los bunkers de posguerra de la Guingueta d'Àneu. Asimismo, los equipamientos industriales como la serrería hidráulica de Alós y la quesería la Roseta de Gavàs son un testimonio de las actividades económicas de la zona.

Así, a través de los objetos y elementos situados en sus lugares de origen, el Ecomuseo acerca las transformaciones que ha sufrido este territorio en las últimas décadas, y permite relacionar los elementos naturales y monumentales con las tradiciones sociales, culturales y etnográficas.
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Impulsados ​​por el espíritu de la Renaixença y conscientes de que gran parte del patrimonio tradicional catalán estaba a punto de desaparecer, un grupo de intelectuales encabezado por el folklorista Rossend Serra inició a finales del siglo XIX un meticuloso trabajo de recopilación de historias, leyendas y canciones del Ripollès. Fruto de esta labor, en 1929 crearon el Archivo Museo Folclórico de San Pedro, que ha dado lugar al Museo Etnográfico de Ripoll.

Abierto en 2001 en la antigua casa señorial de Can Budallés, después de estar 10 años cerrado, el actual museo trabaja en la investigación, conservación, interpretación y difusión del patrimonio etnológico material e inmaterial, principalmente de Ripoll y de los Pirineos gerundenses. La nueva museografía muestra de manera didáctica y modernizada -incorporando audiovisuales, audios y pantallas interactivas- más de 5.000 objetos.

El recorrido es por 12 colecciones que explican entre otras cosas cómo era la agricultura, los oficios, los pastores, la vida en el hogar o la religiosidad popular. Destaca la colección dedicada a la fragua y el hierro, elementos fundamentales en la economía de la comarca desde la Edad Media. Y en especial la colección de armas de fuego portátiles ripollesas, un producto que alcanzó fama internacional.
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Desde 2002, el "Tinglado", un antiguo almacén portuario de Palamós, es la sede de un museo único dedicado a la conservación, estudio y difusión del patrimonio natural, social y cultural de la pesca del litoral catalán.

El Museo de la Pesca ofrece un didáctico recorrido por la historia, el presente y el futuro de esta actividad económica en la Costa Brava. Muestra desde la diversidad biológica del Mediterráneo hasta quién es quién en el mundo pesquero. Todo ello dentro de un edificio reconocido en 2001 con el Premio Nacional de Diseño, donde encontramos recreado el ambiente marinero, con una barca de pesca incluida.

Pero la experiencia no se acaba en el ámbito expositivo: su situación en el puerto permite completar el recorrido con la visita a las Barcas de pescado, una extensión flotante del museo, y la participación en el Taller del pescado, que incluye talleres gastronómicos con productos del mar.

El Museo de la Pesca realiza también una intensa labor de investigación y documentación en el ámbito marítimo y pesquero a través del servicio Documare y la Cátedra de Estudios Marítimos de la Universidad de Girona.
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La antigua casa Pedrós, en el centro de Castellterçol, es donde nació y murió una de las figuras capitales del siglo XX en Cataluña: Enric Prat de la Riba. Actualmente convertida en museo, nos acerca la figura del fundador de la Lliga Regionalista, el primer presidente de la Mancomunidad de Cataluña y uno de los principales teóricos del nacionalismo catalán.

Acompañados por un audiovisual, podremos repasar su trayectoria profesional y el ideario del político y escritor. Al mismo tiempo, nos adentraremos en su esfera más personal ya que la arquitectura y el mobiliario son los originales de la vivienda. Así podemos conocer cómo era la vida en una casa rural acomodada de principios del siglo XX.

A excepción del despacho, que contiene el mobiliario que Prat de la Riba tenía en Barcelona, ​​el resto de espacios de la casa se conservan intactos. Destacan la cocina, centro de la vida familiar, y el comedor, reservado exclusivamente para las ocasiones especiales. La religiosidad de la familia se refleja en la presencia de imágenes religiosas en la mayoría de cámaras, especialmente las habitaciones.