Amparado por las
montañas más mágicas de Cataluña, en un espacio creado por el arquitecto
Josep Puig i Cadafalch, se puede ver uno de los
fondos arqueológicos y artísticos más importante de Cataluña. El Museo de Montserrat muestra más de 1.300 piezas que abarcan una amplia cronología: desde un sarcófago egipcio del siglo XXII aC hasta una pintura de Sean Scully de 2010. Su exposición permanente cuenta con los grandes nombres de la historia del arte.
La sección de arqueología tiene su origen en el llamado
Museo Bíblico, creado en 1911, por el monje Bonaventura Ubach, que en sus viajes a Oriente Próximo logró recopilar materiales arqueológicos de gran relevancia. Actualmente se pueden ver piezas de Mesopotamia, Egipto, Chipre, Italia y mundo helénico, Bajo Imperio y cultura paleocristiana.
La colección de pintura antigua (siglos XIII y XVIII) consta de unas 250 obras, que fueron adquiridas, en buena parte, a principios del siglo XX. El museo exhibe una selección que incluye artistas como Berruguete, el Greco, Jan Brueghel de Velours, Frans Francken y, en un lugar especial,
Caravaggio.
Sant Jeroni penitent es la única obra del artista del Barroco italiano que se puede ver en Cataluña.
La sección del museo más numerosa es la de los siglos XIX y XX. Vale la pena centrarse en la
colección de pintura catalana, una de las mejores del país, con piezas de Fortuny, Martí Alsina, Vayreda, Rusiñol, Nonell, Mir, Picasso, Torres-Garcia y Dalí, entre otros. La
Jove decadent. Després del ball, de Casas, espera el visitante tumbada en un confortable sofá verde. Se puede encontrar también una pequeña colección de pintura de los
grandes maestros del Impresionismo francés (Degas, Sisley, Renoir, Monet, Pissarro), única en Cataluña.
Como única es la muestra
Nigra sum, donde se recogen materiales artísticos y populares para explicar la evolución iconográfica de imagen de la Virgen de Montserrat. O la exposición de iconos de las iglesias bizantinoeslaveas
Phos Hilaron ('luz gozosa').