En la vertiente norte de El Pallars Sobirà se ubica Gerri de la Sal, una pequeña villa medieval que aún conserva el recinto cerrado y que destaca por su patrimonio industrial y arquitectónico: el alfolí de la sal y el Monasterio de Santa María.
La explotación de la fuente de sal, que hasta hace poco tiempo fue el principal motor económico de esta ciudad, explica la coletilla en su topónimo. Como testimonio de este pasado industrial, se conserva la Casa de la sal o Real Alfolí de Gerri, el gran almacén donde se extraía, se trataba y se almacenaba la sal desde la Edad Media. Considerado el edificio civil más grande en planta de todo el Pallars, acoge el Museo de Gerri de la Sal.
El interés patrimonial de este conjunto se completa con los restos de una muestra del románico catalán en estado puro: el Monasterio de Santa María, que se encuentra justo delante del pueblo.
Consagrado a la orden benedictina en 1149, en poco tiempo se convirtió en un importante centro evangelizador del Obispado de Urgel y también en uno de los más ricos. Pero a finales del siglo XII los condes retiraron el apoyo al monasterio y tomaron tierras y propiedades. Los problemas económicos y las disputas desembocaron en la despoblación de sus dominios y finalmente se exclaustró en 1835. Del monasterio, ahora solo queda la iglesia con el atrio o pórtico de entrada. En el interior se pueden ver hasta 30 capiteles decorados.
No importa que no sea un día festivo. Cada 23 de abril las calles, ramblas y plazas de todo el país se llenan de libros, rosas y banderas para celebrar la Diada de Sant Jordi, una jornada participativa en la que la palabra escrita y recitada toma protagonismo.
Pero la Fiesta del Libro no ha estado siempre ligada al patrón de Cataluña. Impulsada por el editor Vicent Clavel para promover el libro en Cataluña, la primera Diada fue el 7 de octubre de 1927. Dos años después los libreros salieron un 23 de abril, y el éxito propició el cambio de fecha, que además coincidía con la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Declarada Fiesta Nacional de Cataluña, la Diada de Sant Jordi ha contribuido desde sus inicios a impulsar la producción y comercialización del libro en catalán. Además, los lectores pueden interactuar con sus escritores predilectos. El paseo entre paradas de libros y la tradición de regalar una rosa complementan la jornada.
La consolidación del día de San Jorge como la Fiesta del Libro, también internacionalmente, llega con la proclamación por la Unesco del 23 de abril como el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor.
La tradición cristiana de la Pasión se convierte en una representación teatral de calle en esta población de El Baix Empordà. La Procesión de Verges tiene más de 300 años de historia y se celebra cada Jueves Santo.
El misterio que se representa se basa en un libro en verso de fray Antoni de Sant Jeroni de 1773 que adapta el drama de las últimas horas de Jesucristo. La teatralización de la procesión permitía romper la barrera del latín eclesiástico y facilitaba el adoctrinamiento con un lenguaje más cercano.
La procesión arranca desde la iglesia a las 12 de la noche. Durante el recorrido por las calles del pueblo, y bajo la única luz de las antorchas encendidas, se representan las escenas de la Pasión. Todo el mundo espera el momento en que se interpreta la Danza de la Muerte. En esta representación macabra y ancestral de origen medieval cinco esqueletos colocados en forma de cruz saltan y bailan al son de un tambor.
Verges es la única población catalana que conserva esta escenificación, y por esta razón la Procesión de Verges fue declarada Fiesta tradicional de interés nacional en 1983.
La Pasión de Olesa de Montserrat, una de las más conocidas y grandes de Cataluña junto con la de Esparraguera, tiene un origen eminentemente religioso: el Archivo Parroquial de Olesa conserva el documento más antiguo del que se tiene referencia, un inventario del 1530.
Pero desde sus inicios este espectáculo teatral siempre ha tenido un carácter urbano, cívico y popular. Es por ello que en diferentes etapas la Iglesia intentó controlarlo, primero trasladando la representación al templo, y posteriormente prohibiéndolo.
Finalmente, a partir de 1847 el espectáculo se representó en diferentes escenarios (el Teatro Principal, el Teatro del Círcol, el Teatro Olesa y el Gran Teatro de la Pasión), con la única pausa que supuso la Guerra Civil. Actualmente, y desde 1987, el moderno Teatro de la Pasión de Olesa, de grandes dimensiones, es el escenario de las representaciones.
Cientos de vecinos de Olesa, incluidos cerca de 500 figurantes, participan desinteresadamente cada año en la representación teatral de la Pasión, que suele tener lugar los fines de semana de marzo y abril. En 1996 se alcanzó un récord mundial al reunir simultáneamente a 729 actores en escena .
La Pasión de Esparraguera es un grandioso espectáculo teatral capaz de transmitir anualmente a unos 15.000 espectadores la esencia de unos personajes con dos mil años de historia. Comparte con la de Olesa de Montserrat el honor de ser una de las Pasiones más importantes de Cataluña.
Esta representación es posible gracias a la movilización de todo el pueblo de Esparraguera. Participan una gran cantidad de actores y figurantes, más los que trabajan entre bambalinas y los miembros de la orquesta y el coro. En total, cerca de un millar de personas ocupan el Teatro de la Pasión, el escenario de este espectáculo desde 1969.
El resultado de todo este esfuerzo es una decena de representaciones que destacan por su complejidad dramática y técnica, con rápidos cambios escenográficos y efectos especiales.
Las primeras noticias de la representación de la Pasión en Esparreguera son de principios de siglo XVII. Es una evolución teatral de los misterios, representaciones dramáticas de origen medieval. La versión actual de la Pasión de Esparreguera es la que escribe el poeta local Ramon Torruella en 1960, mientras que la música original es de Josep Borrás. La estructura se ha mantenido, con 4 actos y 35 cuadros.
Como consecuencia de las desamortizaciones del siglo XIX, buena parte del patrimonio artístico de la Iglesia se dispersó o privatizó. Durante la Renaixença catalana se intentó recuperar y proteger todo este legado con iniciativas como el Museo de Lleida Diocesano y Comarcal, fundado en 1893 siguiendo el ejemplo del Museo Episcopal de Vic. Actualmente gestiona un importante legado artístico proveniente de las Terres de Ponent y de la antigua Diócesis de Lleida, que cubre desde la prehistoria hasta la edad moderna.
En 2007 se inaugura la nueva sede que plantea criterios de musealización modernos. Durante la visita al museo es necesaria una parada obligatoria ante algunas piezas destacadas. Entre ellas, una cabeza de sátiro romano, frontales de altar del siglo XIII y fragmentos escultóricos románicos y retablos góticos de la Seu Vella. Del Renacimiento y Barroco encontramos obras del pintor Pere Nunyes, esculturas de Gabriel Joly y Damià Forment y varias obras del pintor Antoni Viladomat.
De toda la colección permanente destacan dos piezas únicas: el juego de ajedrez del siglo X-XI de Sant Pere de Àger y la Virgen de Bellpuig de Les Avellanes, una de las obras góticas más importantes del patrimonio catalán.
Montserrat es un símbolo para Cataluña y un punto de peregrinaje para creyentes. La gran protagonista es su Virgen, patrona de Cataluña. Esta virgen románica es popularmente conocida como La Moreneta, debido al color de la cara y las manos, oscurecidas por el humo de los cirios.
El monasterio se fundó en 1025 por orden del Abad Oliba, sobre una pequeña ermita que Wifredo el Velloso había dado al Monasterio de Ripoll.
La visita a Montserrat empieza en la basílica del siglo XVI, con restos románicos y estructura gótica. A partir de aquí, desde la plaza de Santa María, punto neurálgico, se puede recorrer todo el conjunto, fruto de la gran reforma del siglo XIX liderada por Josep Puig i Cadafalch.
Imperdible es el Museo de Montserrat. Su colección se inició con los materiales del Oriente bíblico aportados por el padre Bonaventura Ubach de sus viajes. Pero el fondo se ha ido engrosando con obras muy destacables de pintores como Caravaggio, Rusiñol, Casas, Nonell, Picasso, Monet, Sisley, Degas, Pissarro o Dalí.
No es casualidad este museo. Desde el siglo XVII Montserrat ha sido un centro cultural de primer orden y lo demuestra la excepcional biblioteca con más de 250.000 volúmenes del monasterio. Entre las actividades que promueven destaca la Escolanía, que es uno de los coros de niños más antiguos de Europa, documentado desde el siglo XIV.
Cerca de la abadía, se conserva aún el vecino Monasterio de Santa Cecilia, que actualmente se ha convertito en el Espacio de Arte Sean Scully. Destaca la iglesia románica, también reformada en los años 30 por Puig i Cadafalch. Pocos saben que este monasterio fue la primera opción del Abad Oliba para extender sus dominios en Montserrat, pero se encontró con la negativa de la comunidad.
La Seu Vella está formada por un conjunto de edificaciones situadas estratégicamente en el Turó de Lleida, que domina la ciudad y toda la llanura de los alrededores. Se trata de una de las catedrales más importantes de Cataluña, que destaca especialmente por su obra escultórica y por el claustro, uno de los más grandes y espectaculares de Europa.
Como es habitual en este tipo de obras, La Seu Vella fue construida y ampliada durante siglos combinando diferentes estilos arquitectónicos. La primera catedral cristiana se comienza a construir en el año 1193 con el objetivo de atender a la población creciente de la ciudad. De esta construcción románica destacan actualmente las portaladas.
A finales del siglo XIII se introducen elementos del nuevo estilo gótico. Durante esta época se terminan las obras más importantes del templo y se construyen las capillas, el claustro, el campanario y la Puerta de los Apóstoles, trabajos que se alargan durante los siglos XIV y XV.
El claustro se encuentra justo delante de la fachada principal de la iglesia; una disposición inusual en las construcciones cristianas, que recuerda más el patio interior de las mezquitas árabes. Los capiteles ricamente ornamentados merecen una atención especial, así como las espléndidas vistas sobre la ciudad de Lleida que desde allí se tienen.
Durante la transformación de la Catedral de Barcelona en el siglo XIV, los parroquianos del barrio de La Ribera decidieron levantar otra iglesia que acabaría siendo uno de los grandes referentes del gótico catalán.
El rey Alfons el Benigno puso la primera piedra del templo en marzo de 1329 para coronar la conquista de Cerdeña y la expansión del dominio catalán por el Mediterráneo. La catedral del mar se construyó en un tiempo récord: tan sólo 54 años. Todo el barrio de La Ribera participó con dinero y bajando una a una las piedras de La Foixarda, la cantera de Montjuïc.
Observada desde el exterior, Santa Maria del Mar es una construcción compacta, lisa, sin grandes aberturas ni ornamentos. En cambio por dentro, la ordenación se aleja de la típica configuración de la época para dar lugar a un único espacio diáfano. Y es que las naves están construidas de tal forma que parecen una sola.
Hay que prestar especial atención a la luz. Su estructura de bloque compacto hace que entre nítida por los cuatro costados de la iglesia, sin crear las sombras y los juegos de luz típicos de los templos góticos. Es especialmente destacable el rosetón, de estilo flamígero.
Con poco más de 30 años, la reina Elisenda de Montcada se retiró del mundo al quedar viuda. Y lo hizo en el Monasterio de Pedralbes, que ella misma había fundado en 1326 en la montaña de Sant Pere Mártir (Barcelona). Allí residió 37 años aislada, con la única compañía de las monjas clarisas y la arquitectura gótica.
El Monasterio de Santa Maria de Pedralbes se levantó en sólo 13 meses y destaca por su gran homogeneidad arquitectónica de estilo gótico. Las piedras blancas (petras albas), utilizadas para construir el conjunto, acabaron dando nombre a la zona: Pedralbes.
Entre las joyas del monasterio está la pequeña capilla de Sant Miquel, que destaca por las pinturas al fresco y al aceite (s. XIV), un testimonio excepcional de la pintura gótica catalana; los vitrales góticos del interior del templo (considerados los más importantes de Cataluña por su antigüedad y buen estado de conservación) y el claustro. Este es uno de los más grandes e imponentes del mundo.
Destacar también la tumba de la reina Elisenda. Ubicada entre la iglesia y el claustro, es un sepulcro bifrontal que representa sus dos caras: desde la iglesia se la ve vestida y coronada como reina y, desde el claustro, aparece como viuda y monja, con el sencillo hábito franciscano.