El Born Centro Cultural de Barcelona es un equipamiento de referencia en Europa: es a la vez un espacio histórico, el núcleo de la memoria colectiva catalana y un moderno centro cultural.
< p>Como espacio histórico, el antiguo mercado de El Born (1876) es el primer gran edificio de la arquitectura del hierro en la ciudad y muestra su destacado papel como metrópoli europea durante el siglo XIX.
En cuanto a la memoria histórica, en el subsuelo del mercado se conserva un yacimiento arqueológico excepcional, tanto por su estado de conservación como por sus dimensiones. Contemplando los restos de las 42 calles y las 60 viviendas que formaban parte del barrio de la Ribera se puede recorrer la historia de Barcelona y Cataluña, desde la época romana hasta principios del XVIII.
Las piedras nos hablan del desenlace de la Guerra de Sucesión para la ciudad, que resistió al asedio de las tropas de Felipe V hasta la capitulación del 11 de septiembre de 1714. Como consecuencia, el centro de El Born fue destruido para construir la fortaleza militar de la Ciutadella.
Después de años de tareas de excavación, restauración y musealización, actualmente este emplazamiento se ha convertido en un centro cultural. Inaugurado en 2014, actúa como centro de interpretación de la Guerra de Sucesión y también cuenta con una programación que incluye actividades literarias, teatrales y musicales.
La cultura catalana no se puede entender sin los grandes equipamientos de Barcelona. Son escenarios que se han convertido en la columna vertebral de la cultura del país.
El Palau de la Música, obra de Lluís Domènech i Montaner y Patrimonio la Humanidad por la Unesco, es mucho más que una refinada muestra de la arquitectura modernista. Testigo de episodios claves de la historia catalana, se ha convertido en referente para los catalanes.
Compartiendo protagonismo como símbolo de la cultura catalana está el Gran Teatro del Liceo. Construido en 1847 y ligado desde los inicios a la burguesía barcelonesa, este edificio ha sobrevivido a dos episodios catastróficos: una bomba anarquista en 1893 y un incendio en 1994.
Entre los equipamientos contemporáneos vinculados a las artes escénicas destacan el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), el Teatre Lliure y el Mercat de les Flors. En el ámbito musical, la referencia más allá del Palau de la Música y el Liceo es L’Auditori de Barcelona. En cuanto al arte, las principales instituciones son el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), que ofrece una perspectiva global e histórica del arte catalán, y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), escaparate del arte más actual.
El CaixaForum se ubica en la antigua fábrica textil Casaramona de Montjuïc, especializada en la confección de mantas y toallas. Este edificio proyectado por Josep Puig i Cadafalch es un singular ejemplo de la arquitectura modernista industrial catalana de principios del siglo XX. Se trata de un conjunto de naves de una sola planta, una construcción horizontal para facilitar el traslado de mercancías mediante un sistema de calles internas que a la vez también funcionaba como cortafuegos.
El edificio fue adquirido por Obra Social "la Caixa"en 1963. En 2002, tras una reforma de restauración y ampliación, se convirtió en un equipamiento cultural para Barcelona. Su oferta social, cultural y educativa incluye una programación permanente de actividades como conferencias, proyecciones de cine, espectáculos, conciertos y actividades familiares.
Además, una cuarta parte de los 12.000 m2 totales del equipamiento está ocupada por exposiciones de arte antiguo, moderno y contemporáneo.También cuenta con un destacado fondo documental y artístico de media art.
En el antiguo edificio de la Casa de la Caridad de Barcelona, en un equipamiento totalmente moderno, encontramos un centro cultural de referencia europea. Se trata del Centro de Cultura Contemporánea (CCCB), que desde 1994 trabaja para la investigación creativa y en la producción de conocimiento. Tiene como eje central la ciudad y la cultura urbana y como objetivo vincular el mundo académico con la creación y la ciudadanía.
Y través de proyectos propios. Los más significativos son las exposiciones temáticas, que generan debate y conocimiento en torno a los temas que perfilan la actualidad. Asimismo, también ha instaurado otras formas de intercambio cultural como debates internacionales, el CCCB Lab, la plataforma de literatura Kosmopolis o el proyecto de cine experimental Xcèntric. Todos ellos son proyectos que tratan de manera integrada la cultura del siglo XXI y las grandes transformaciones de la era digital.
El CCCB dispone de un fondo (Archivo CCCB y Archivo Xcèntric) donde conserva la documentación relacionada con todos los proyectos que se han ido realizando desde su inauguración. Este archivo está disponible para todo el mundo desde 2008.
Visitar el Centro de Cultura Contemporánea es entrar en un espacio de reflexión sobre qué es la cultura urbana. El mismo edificio, remodelado por Helio Piñón y Albert Viaplana, estructurado alrededor del Patio de las Mujeres, invita a ello. Es recomendable subir hasta el mirador antes de terminar la visita.
El pabellón es una estructura horizontal de una sola planta que descansa sobre 8 pilares de acero que soportan todo el peso de la cubierta plana. No hay ningún espacio cerrado, ni tampoco puertas, y casi no existe una separación entre el interior y el exterior. La geometría pura y la sencillez dominan el edificio.
Muros de vidrio, mármoles verdes, ónix dorado del Atlas, travertino romano, cemento, acero cromado y agua son los ingredientes 'utilizados’ por Ludwig Mies Van der Rohe para diseñar un edificio austero pero con notables cualidades expresivas.
Esta obra tan singular se levantó con motivo de la Exposición Universal de 1929 en Barcelona. El Pabellón Alemán de Mies Van der Rohe fue un "golpe de modernidad" en medio de las suntuosas construcciones novecentistas que definieron la urbanización de Montjuïc.
A pesar de ser concebido como un edificio efímero (se desmontó una vez finalizada la Exposición Universal) tuvo tiempo suficiente para convertirse en un referente del racionalismo arquitectónico (años 20-30 del siglo XX). Tanto es así que en 1954, con motivo del 25 aniversario de la Exposición, el arquitecto Oriol Bohigas impulsa su reconstrucción. Ésta se hizo realidad después de más de 30 años, en 1986.