Una de las
colecciones de arte románico catalán más importantes de Catalunya se puede ver en el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona, ubicado en el Palacio Episcopal. Además de visitar la época medieval, el visitante podrá hacer un viaje en el tiempo: desde la prehistoria hasta la edad contemporánea.
En la extensa sala de románico destacan, por encima de otras piezas, los elementos arquitectónicos que provienen de los
claustros de la catedral de Santa María de Solsona: varios capiteles y una columna historiada por el taller del maestro Gilabert de Tolosa.
Muy destacables son también la
muestra de vírgenes de los siglos XII y XIII, grandes ejemplos de pintura mural prerrománica y románica de los conjuntos de
Sant Quirze de Pedret y Sant Vicenç de Rus, la pintura sobre tabla de los paneles laterales del altar de la iglesia de Sant Andreu de Sagàs, la tabla gótica con la escena de la Santa Cena de Santa Constanza de Linyà y el retablo de Sant Jaume de Frontanyà.
El Museo Diocesano de Solsona fue creado en 1896 por el obispo Ramon Riu i Cabanes. Los objetivos eran los mismos que los de los otros museos eclesiásticos como el
Museo Episcopal de Vic, fundado 5 años antes: preservar el patrimonio de la diócesis y
contribuir a la reconstrucción nacional impulsada por la Renaixença catalana. Todo este patrimonio peligró con el estallido de la Guerra Civil, en 1936. Por ello, parte de las obras fueron trasladadas a Ginebra y volvieron a Solsona una vez terminada la guerra. El actual museo es una herencia de la renovación que se hizo en los años ochenta.