Te proponemos empezar la ruta allí donde descansan personajes ilustres como
Guifré el Pilós,
Ramon Berenguer III,
Ramon Berenguer IV y
Bernat Tallaferro. Nos referimos al
monasterio de Santa Maria de Ripoll: un monumento emblemático de nuestro románico consagrado el año 888. ¡Entretenerse con las esculturas de su magnífico pórtico es imprescindible!
BERGUEDÀ: ENTRE EL ARTE Y LA INDUSTRIAEn
Sant Jaume de Frontanyà encontrarás todo un superviviente del románico: su
monasterio. Del original solamente queda la iglesia, tres ábsides y el transepto. Hay que fijarse en su cimborrio de doce caras, único en todo el románico catalán.
Arte y trabajo definen el Berguedà. En
Cercs puedes visitar
la iglesia prerrománica de Pedret pasando previamente por el puente gótico que da acceso. Todo ello sin olvidar la historia más reciente de la población, que conocerás en el
Museo de las Minas de Cercs. Al norte está
Guardiola de Berguedà, también de carácter minero y también con un tesoro románico: el
monasterio (restaurado) de Sant Llorenç cerca de Bagà.
Antes de dejar la comarca te proponemos hacer dos paradas más. Primero para visitar
el patrimonio de Pobla de Lillet, donde su iglesia custodia un
Cristo del siglo XII. Pero si prefieres estar al aire libre puedes pasear por los
Jardines Can Artigas, diseñados por Antoni Gaudí, y el Puente Viejo románico.
La ruta continúa siguiendo el curso del Llobregat hasta Castellar de n’Hug, donde podrás ver sus dos caras: la románica con las
iglesias de Santa Maria y de Sant Vicenç de Rus, y la industrial con la antigua
Fábrica de Cemento Asland.
CAMINO DEL CANIGÓEn
Bellver de Cerdanya no te pierdas el
campanario de Santa Eugènia de Nerellà. Su particularidad es que está fuertemente inclinado hacia el sureste. ¡Por eso se lo conoce como la ‘Torre de Pisa de la Cerdanya! Pero mucho antes que llegara el románico, esta zona ya tenía maravillas artísticas como las pinturas rupestres del
Abrigo de la Vall d'Ingla y los vestigios de la
Cueva d'Anes.
Guils de Cerdanya es la penúltima parada de esta ruta que te proponemos. El románico de
Sant Esteve de Guils y su ornamentación con motivos animales te sorprenderán. Y finalmente, te damos una buena razón para adentrarte en el Conflent: justo al pie del Canigó está
la abadía de Sant Miquel de Cuixà. ¿Sabías que sus capiteles se encuentran actualmente en
Nueva York?
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