En el valle del Llobregat, cerca del municipio de
Cercs, se alza la
iglesia de Sant Quirze de Pedret, uno de los pocos edificios del
siglo X que se conservan en Cataluña y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura prerrománica del país. El templo formaba parte del
condado de Berga y estaba bajo la jurisdicción del
Obispado de Urgell.
Se trata de un edificio de tres naves. La central corresponde a la iglesia original prerrománica (s. IX), mientras que las laterales son fruto de una ampliación (ya plenamente románica) del s. X. Posteriormente se incorporaron la portada y el campanario de torre, que se hundió parcialmente en el siglo XV, probablemente a causa de un terremoto.
Sant Quirze de Pedret conserva elementos arquitectónicos genuinos que nos recuerdan su pasado más antiguo y que la relacionan directamente con otros edificios prerrománicos de Cataluña como, por ejemplo, las
iglesias de Terrassa. Estos elementos son los arcos rebasados o de herradura que vemos en el interior del templo, el ábside trapezoidal en lugar de semicircular, o las tejas de arcilla roja en lugar de pizarra, fruto de la influencia del
Califato de Córdoba en los condados catalanes.
La
restauración de Sant Quirze de Pedret ha querido recuperar el aspecto de la iglesia del siglo X. Se ha recuperado el aspecto original de la cubierta, se ha añadido cal en las paredes y el pavimento de la nave central se ha cubierto con tierra batida.
A pesar de la singularidad del edificio y su conservación, si hay un aspecto artístico que destaca, son las
pinturas murales del templo, de dos períodos diferenciados. En el ábside central de la iglesia de Pedret podemos ver unas de las pinturas más remotas del Pirineo catalán. Datan del siglo X y están protagonizadas por tres personajes muy bien definidos: un orante que reza con los brazos extendidos, un jinete acompañado por varios animales y un clérigo. El estilo y el significado de estas primeras pinturas recuerdan obras paleocristianas mediterráneas.
El
ciclo de Pedret data del siglo XI y se atribuye al círculo del “maestro de Pedret”. En estas pinturas encontramos el simbolismo más complejo del templo. Situadas originariamente en las absidiolas de las naves laterales, identificamos escenas del colegio apostólico encabezado por Pedro, la Virgen María y el Niño Jesús, imágenes de santos (Mateo), varias inscripciones en latín y alusiones a la idea del Juicio Final.
Pero si hay una escena curiosa pintada en las paredes de Sant Quirze esta es la “parábola de las vírgenes”, que escenifica escenifica el capítulo aleccionador de las vírgenes prudentes y las vírgenes alocadas. El
Museo Diocesano y Comarcal de Solsona y el
Museo Nacional de Arte de Cataluña conservan las originales, mientras que en la iglesia se pueden ver
reproducciones fieles.
Sant Quirze de Pedret forma parte de la escapada ‘
Fin de semana románico: del Ripollès a la Catalunya Norte’.